¡La minería de Bitcoin y USDT llegan a Bolivia para salvar el bolsillo y revolucionar la economía!

¡La minería de Bitcoin y USDT llegan a Bolivia para salvar el bolsillo y revolucionar la economía!

El ambiente en La Paz está bien tenso, con toda la incertidumbre que traen la inflación y el caída del boliviano. La gente, negocios y hasta el gobierno andan buscando cómo salvarse, porque los dólares escasean y la inflación no para. En medio de todo ese caos, la minería de Bitcoin y el uso de la stablecoin tether (USDT) andan agarrando fuerza como la tabla de salvación que nadie se esperaba.

Según el último reporte de Hashrate Index del cuarto trimestre de 2025, aunque Bolivia solo aporta un 0.29% del poder minero global—que no es mucho—el crecimiento ha sido una sorpresa. Pasaron de un 0.08% a ese 0.29%, lo que los pone en la lista de los cinco países que más crecen en minería de Bitcoin en ese periodo. Aunque no están entre los grandes, sí están entrando con todo como “jugadores emergentes”, aprovechando ventajas en reglas o energía.

Un minero y activista de Costa Rica llamado Junior explica algo que muchos sienten: los bolivianos están usando la minería de Bitcoin para defenderse de la caída del boliviano. La moneda oficial perdió la mitad de su valor en 2025, y la inflación anda por los cielos—como un ¡80%!—y en el mercado negro el dólar vale casi 16,50 bolivianos, cuando en la calle oficial está a 6.96.

Carlos, que se dedica a minar Bitcoins en Bolivia, cuenta que con la inflación del 130% el dinero simplemente no alcanzaba. Así que se lanzó a la minería digital, aunque aquí no es tan rentable como en otros países como Paraguay o Costa Rica, pero la inflación hace que sí rinda un poco más. Sin embargo, otros mineros como Huáscar Miranda ya avisan que no es un juego fácil: producir 100 bolivianos en bitcoin cuesta casi 80 dólares en luz y otros gastos. Apenas queda una ganancia chiquita, como de 10 bolivianos.

Por eso, para que la cosa rinda, aseguran que hay que usar gas residual para la minería y tener una infraestructura fuerte para aprovecharlo bien. Sin eso, están en desventaja y se vuelve difícil competir. Fidel Torricos, un químico y CEO de una empresa local, dice que usar ese gas puede ayudar a diversificar la economía y generar billete para enfrentar la falta de dólares.

Pero la cosa no queda ahí. El uso de USDT, esa moneda digital que vale igual que el dólar, se ha vuelto todo un boom en Bolivia. Desde Toyota hasta Yamaha y BYD ya aceptan pagos en USDT, y las tiendas y restaurantes en todo el país la están adoptando para protegerse de la locura económica.

Para los de Tether, esta situación boliviana es un premio a su estrategia global. En los últimos meses, USDT ha ganado mucho más espacio que otras stablecoins, consolidándose como otro refugio digital para la gente y empresas que no quieren perder todo con la devaluación.

El economista César Vargas Díaz habla clarito sobre la crisis: antes tenían 40 mil toneladas de oro, y ahora solo quedan 0.9 en las bóvedas. La mayoría del dinero que circula es puro papel, no hay respaldo real. La emisión de dinero llegó a 9 mil millones de dólares, pero la base monetaria real ni siquiera alcanza los 3 mil millones. Esto no da para más.

Vargas propone algo bastante loco, pero con sentido: cambiar el respaldo de oro por uno basado en litio, que tiene reservas por 184 mil millones de dólares. Quiere crear una nueva moneda llamada BSL, con 80% en papel y 20% digital, respaldada en ese mineral.

Mientras tanto, los bolivianos ya están votando con su dinero. En el último año se movieron 430 millones de dólares en transacciones con Bitcoin y otras criptos. Eso demuestra que, sin apoyo del gobierno, la gente está encontrando en estos activos digitales la confianza que su moneda local perdió.

La duda ahora es si el gobierno podrá hacer una reforma que deje a las criptos en segundo plano o si estos nuevos player digitales seguirán creciendo y ganándose el corazón y el bolsillo de los bolivianos.

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