¡En Venezuela las criptomonedas dejaron de ser teoría y ahora son tu salvavidas, según Garrido!
Aníbal Garrido, un capo en criptomonedas y director de la Academia BT&C en la UCAB, explicó que en Venezuela las cryptos ya no son solo un rollo para leer en libros, sino puro negocio y necesidad real. Lo soltó durante una plática con CriptoNoticias en el evento Trustless by Design, que armó la gente de Trezor.
El punto es que, con la falta de dólares en el país, muchas empresas se están poniendo las pilas y usan criptomonedas, sobre todo las stablecoins, para pagar a sus proveedores, saldar deudas y cuidar su lana de la inflación.
Lo más loco es que hasta el gobierno venezolano ya adoptó lo digital con casas de cambio reguladas como Crixto y Hoja Technology (mejor conocida como Kontigo). Estas plataformas le dan chance a las empresas para tener acceso a stablecoins como tether (USDT) y dai (DAI) por medio de sistemas parecidos a subastas.
Con todo esto, las compañías están armándose en lo que se refiere a contabilidad, impuestos y todo el rollo legal para poder operar con cripto sin broncas. Garrido y su equipo ayudan a los de finanzas y administración para que sepan manejar sus chacharas en criptos y no se agarren en cualquier auditoría o inspección gubernamental.
El vato dice que Venezuela anda al frente en este tema y que para 2025 las autoridades probablemente van a tener que aprender un nuevo estilo de contabilidad, donde no solo cuenten el billete y la banca, sino que también tengan que checar los activos virtuales.
Sobre la parte fiscal, Garrido aclaró que, según las normas contables de Venezuela, las criptomonedas son activos virtuales, no dinero, alineados con las reglas internacionales. Cada empresa decide cómo tratar eso según le convenga. Por ejemplo, si una empresa compra y vende cryptos seguido, esas monedas pueden calar como inventarios. Si las guardan a largo plazo, se vuelven activos intangibles, como una inversión.
En cuanto a cómo cuidar la lana digital, las empresas nuevas suelen contratar servicios de terceros para manejar sus fondos, pero las empresas más chidas prefieren la autocustodia usando wallets físicas o sistemas multifirma para mayor seguridad.
Sobre cómo ven las empresas el rollo de las criptos, al principio se asustan, pero luego se entusiasman cuando cachan cómo funcionan: lo inmediato, las bajas comisiones, la transparencia y todo el paquete. Pasan de estar “pajaritos en grama” a querer saber más y más.
Muchas empresas prefieren empezar con stablecoins porque no son tan volátiles, pero el interés en bitcoin (BTC) está creciendo, sobre todo como ahorro a largo plazo. Para el día a día no es tanta onda por lo impredecible que es, pero sí hay ganas de aprender y explorar. Garrido dice que mostrar casos de éxito como MicroStrategy hace que las empresas se curioseen.
Finalmente, expertos como José Miguel Farías acompañan a Garrido en la idea de que adoptar stablecoins está padre, pero lo que vale la pena es meterle gestión, control y buen criterio financiero para que todo funcione chido y no sea solo una moda.

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