¡Cuidado Bitcoin! La amenaza cuántica revoluciona el juego y todos voltean a ver las nuevas estrellas del mercado
Bitcoin está en la mira por culpa de la computación cuántica, que es una tecnología bien avanzada que puede hacer cálculos súper rápidos, tanto que podría romper la seguridad de Bitcoin en un dos por tres. Los sistemas que hoy protegen nuestros bitcoins, como el ECDSA y SHA-256, estarían en peligro cuando llegue ese famoso “Q-day”, que es el momento en que una computadora cuántica logre hackear esos algoritmos.
Aunque todavía parece lejano, esta amenaza está haciendo que los inversionistas volteen a buscar empresas que trabajan en tecnología cuántica. No solo porque estas máquinas pueden romper las reglas, sino porque también traen herramientas para defendernos. Compañías como D-Wave Quantum, Rigetti Computing e IonQ están en la punta del caballo en este juego, y sus acciones están que arden.
Para ponerlo claro: la computación cuántica es capaz de descubrir claves privadas de Bitcoin a partir de las públicas, lo cual es grave porque eso significa que podrían robar todos tus bitcoins. Ulises Arranz Cuéllar, un experto de la Universidad Politécnica de Madrid, dice que este riesgo no es solo para Bitcoin, sino para toda la seguridad digital en la que confiamos en bancos, empresas y gobiernos. Por eso, se está impulsando la idea de pasar a una “criptografía postcuántica”, para proteger mejor todo lo que almacenamos digitalmente.
Y mientras esto pasa, los fondos de inversión están apostando fuerte por empresas en este sector cuántico, viendo una oportunidad para crecer en un mercado que apenas empieza pero promete mucho.
Por ejemplo, D-Wave Quantum, de Canadá, se especializa en un tipo de computación cuántica llamada recocido cuántico, y tiene un sistema súper chido que usa miles de cúbits (que son como los bits cuánticos). Sus acciones subieron de poquito más de un dólar a casi 46 en un año, una locura que refleja el hype por esta tecnología.
Rigetti Computing, de Estados Unidos, hace todo en casa: desde el hardware hasta el software para computadoras cuánticas, acelerando cosas como la simulación química y el aprendizaje automático. Sus acciones también se dispararon bien rápido, pasando de 1.20 a 57 dólares en menos de un año.
Por otro lado, IonQ usa una técnica diferente, con iones atrapados y láseres bien precisos para controlar cúbits que duran más activos y cometen menos errores. Sus acciones van en subida fuerte, de 13 a 84 dólares en el último año.
Esta semana, IonQ presumió que lograron hacer una operación cuántica con una precisión del 99.99%, algo que nadie había conseguido antes. Una puerta cuántica con esa exactitud es un avance impresionante para la tecnología.
En el frente financiero, Capriole lanzó un índice que junta a las empresas clave en computación cuántica para que la gente pueda invertirle sin poner todo su dinero en una sola compañía. La idea es que este índice funcione como una protección frente a los riesgos que la computación cuántica trae para Bitcoin.
Para contrarrestar esta amenaza, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos (NIST) está trabajando en nuevos algoritmos que pueden resistir ataques cuánticos, algo que Bitcoin va a tener que adoptar más adelante.
Mientras tanto, BTQ Technologies ya dio un paso adelante con una versión de Bitcoin que es resistente a la computación cuántica, usando algoritmos aprobados por el NIST para proteger las transacciones. Según su CEO, Olivier Roussy Newton, mientras otros hablan, ellos ya demostraron que se puede blindar Bitcoin contra estas computadoras futuristas.
Así que, aunque el Q-day se ve cerca y puede parecer un peligro gigante para Bitcoin, también está abriendo la puerta a inversiones con un potencial enorme en empresas que no solo buscan acelerar la computación cuántica, sino aprovecharla para revolucionar la medicina, las finanzas, la inteligencia artificial, la logística y mucho más.
Como dice el trader David Battaglia, la computación cuántica ya no es solo un proyecto loco de laboratorio, es un negocio que crece a toda velocidad y que en los próximos diez años transformará al mundo, igual que la inteligencia artificial. La cuestión es estar pilas y listos para el futuro que ya se asoma.

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