¡Brasil está a punto de convertirse en el nuevo Eldorado del Bitcoin!

¡Brasil está a punto de convertirse en el nuevo Eldorado del Bitcoin!

La movida de Ethereum de usar Prueba de Trabajo (PoW), que era como hacer minería con máquinas ruidosas y caras, a Prueba de Participación (PoS), donde ganas poder según cuánto Ether te echas al bote, fue todo un logro para cuidar el planeta y hacer la red más chida. Pero ojo, aquí el rollo no es tan sencillo: aunque ya no necesitas un chingo de energía para minar, el poder se cambió de manos, nada más que ahora está en los grandes que meten un buen de lana en staking, esos que apuestan ETH para validar transacciones.

En el sistema PoS, si tienes más Ether apostado, pues tienes más voz en el cotorreo y validas más bloques. Eso hace que los más grandes, sobre todo los exchanges centralizados y grupos de staking que juntan las monedas de miles de personas, tengan el control. Antes, con el PoW, el problema era que hacía falta equipo muy caro y mucha luz, entonces solo unos pocos podían minar. Ahora, la barrera para hacerte validador es tener 32 ETH, que no es poca cosa para la banda común. Por eso nacieron servicios donde puedes meter poquito y juntar con otros para participar, pero eso sólo fortalece a los más grandes que manejan esos grupos.

El chiste es que estos grandes no sólo tienen montones de ETH en staking, sino que también controlan la red que hace que todo funcione. Si unos cuantos deciden algo, pues la red puede ir por donde ellos quieran. Esto no es sólo un problema de dinero, también es un tema de tener todo en pocas manos. Aunque vaya contra la idea de que blockchain es algo libre y sin jefes, tener a estos gigantazos jugando con su lana les da un poquito de orden a las cosas. Ellos invierten en maquinaria profesional para que no falle la red, y eso ayuda a que todo esté más seguro y los que apuestan su dinero se sientan más tranquilos con sus ganancias.

Además, figuras como Vitalik Buterin, que muchos ven como el mero mero, aunque no les guste la idea de tener “líderes”, les da dirección a todos, porque sin alguien que jale la carreta el sujeto se hace un desmadre. Así, con los “stakers” grandes y un buen líder, Ethereum sigue avanzando sin trabas.

Por otro lado, el PoS exige que los validadores usen diferentes tipos de software para evitar que la red dependa de uno solo. Así si un programa falla, sólo afecta a los que lo usan y no a toda la red. Esto ayuda a que la red esté más descentralizada en ese sentido, algo que no se veía tanto en la minería PoW.

Pero la bronca sigue siendo que tener el poder concentrado es riesgoso. Si estos jugadores grandes se ponen a hacer maldades o si los agarran los gobiernos y reguladores, podrían censurar o echar atrás transacciones, y eso rompería con la idea de que blockchain es resistente a la censura.

Ahora, hay que decir que en PoW el peligro era que alguien con mucha fuerza de cómputo podía atacar la red si conseguía el control mayoritario. En PoS es más complicado porque para hacer un ataque necesitas tener mucho ETH, y si te portas mal, pierdes tu lana automáticamente. Eso hace que a los grandes “stakers” les convenga jugar limpio, porque si no, se van a la quiebra.

Así que Ethereum, después del Merge, cambió el poder de la fuerza bruta por el poder del dinero. Eso no es malo ni bueno, es solo otro riesgo que hay que manejar. El sistema es más eficiente y seguro, y eso atrae a instituciones. Pero pierde un poco en que la red siga libre de presiones externas por tener todo en pocas manos.

Al final, cada forma tiene sus pros y contras. No hay una fórmula mágica de descentralización perfecta, es más como una mezcla de tecnología y comunidad que va cambiando. Pongámosle atención a cómo equilibramos esos riesgos, porque de ilusiones no se vive.

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