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La banca tradicional en América Latina se está enfrentando a un reto bien grande. Durante años, fue la que movía la lana para empresas y gente común, pero ahora con las nuevas tecnologías financieras y la onda de la tokenización, todo está cambiando. Gustavo Riveros Sáchica, un experto en economía que asesora a gobiernos y empresas en varios países, nos contó que estamos en un momento clave.
Antes, solo unas cuantas empresas grandes podían acceder a créditos por estar en la bolsa, dejando afuera a las pymes y a los negocios medianos. Pero gracias a las plataformas digitales, ahora cualquiera puede conseguir inversión o crédito más fácil.
Modelos como el crowdfunding, los contratos inteligentes y la tokenización son como autopistas nuevas para que el dinero llegue directo. Incluso con aportaciones chiquitas, desde 100 pesos o dólares, cualquier inversionista puede ayudar a crecer una empresa. Esto baja costos y hace que más gente tenga chance de entrar al juego.
Esto obligará a los bancos a cambiar su forma de trabajar. Por ejemplo, Bancolombia en El Salvador quiere dejar de ser el típico banco con muchas sucursales y volverse una plataforma más moderna y digital. Según Riveros, los bancos que sigan con estructuras pesadas y sucursales por montón están viendo su futuro complicado.
Lo mismo pasa con las aseguradoras, que ahora tienen que subirse al tren de las insurtech y los microseguros digitales para no quedarse atrás. Riveros puso de ejemplo a David Vélez, el fundador de Nubank, que con un banco 100% digital se volvió más rico que los magnates tradicionales del bancarismo en Colombia.
El caso de El Salvador es un ejemplo de cómo se puede avanzar. Tienen leyes claras para los activos digitales y un ambiente seguro que atrae inversión. Además, pueden emitir bonos y otros instrumentos tokenizados desde montos bajos, lo que ayuda a que empresas medianas puedan acceder a inversionistas de todo el mundo.
Para las pymes, Riveros dice que no siempre tienen que correr directo a la banca tradicional. Pueden mezclar opciones como crowdfunding, tokenización, leasing y más. Esto es como armar tu propia ensalada financiera con lo que mejor te sirva.
Al final, si los bancos quieren seguir vivos y dando lana, tienen que amarrarse bien con las fintech y el mundo cripto. No es que quieran, es que tienen que hacerlo para no quedarse fuera de la jugada en América Latina.
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