¡Latinoamérica no puede esperar más: descubre por qué todos están apostando por bitcoin ya!

“Una zorra con hambre vio uvas en la parra y quiso comerlas, pero no pudo alcanzarlas. Entonces se fue diciendo: ‘Están verdes’.”
Esopo
Latinoamérica tiene que subirse al tren del bitcoin ya. Así como la banda y las empresas han usado bitcoin para mejorar su chamba y su lana, los países de aquí tienen una chance increíble para aprovechar este cambio en el mundo del dinero, si se animan y le abren la puerta a esta movida.
Ya no hay pretextos. Eso de que bitcoin es burbuja, de que solo lo usan delincuentes, que es muy volátil o que gasta mucha luz, es pura historia vieja. Es hora de dejar el desdén y ponerle ganas: hay que entender qué es Bitcoin.
Cuando entiendes Bitcoin, empezar a juntar tus monedas es casi automático. No hay forma de entenderlo y no querer agarrar un poquito mientras puedas, ya seas un mero mortal, una empresa o hasta un gobierno.
Desde 2020, los grandes se pusieron las pilas para acumular bitcoins. Pero a partir de 2024, con la llegada de los ETF en EU y la reelección de Donald Trump, esto se fue de lanza.
Muchas empresas ya tienen tesorerías llenas de Bitcoin. Entre todas juntan más de 1 millón de BTC, que es casi el 5% del total que habrá (21 millones). Están nombres pesados como Tesla, SpaceX, Block, Fidelity y Ark.
Y eso solo contando lo que tienen en Bitcoin directo. Si metemos los ETFs, el iShares Bitcoin Trust de BlackRock tiene casi 750 mil BTC, con inversionistas de primera línea como Goldman Sachs y BlackStone. En total, los fondos ya manejan más del 7% de todo Bitcoin.
Pero no solo grandes corporativos: algunos países ya se están rifando con Bitcoin. Por ejemplo, el reino budista de Bután, que desde 2019 usa su energía hidroeléctrica para minar Bitcoin. Ya tienen más de 10 mil BTC, más que muchos países grandes per cápita. Además, ya le dieron a Bitcoin estatus oficial en zonas especiales para atraer más inversión.

Así crecen las reservas de BTC de Bután. Fuente: Arkham.
Luego está El Salvador, que puso a Bitcoin como bandera. Antes de que el FMI jalará las riendas, el país estuvo comprando un BTC diario, minando con energía volcánica, vendiendo ciudadanías en Bitcoin, y hasta aceptando pagos con esta moneda. Ya acumularon más de 6,300 BTC.
Pero lo más chido es que esto ha traído inversión extranjera y nuevos empleos, con empresas como Bitrefill, Strike, Fold y otras entrando con todo. Las más grandes, Bitfinex y Tether, hasta quieren construir una torre de 70 pisos ahí. No es solo plata entrando, es chamba y crecimiento para la gente.
Y ojo, que no son solo países chicos. Estados Unidos ya juega en serio: a inicios de 2025 establecieron una reserva federal de Bitcoin con casi 200 mil BTC que recuperaron de decomisos. Y varios estados como Texas, New Hampshire y Arizona también tienen sus propias reservas.
Pero donde el fuego se está haciendo más fuerte es en el sur global. Países como Pakistán, Dubai y Brasil ya van con todo en leyes para usar Bitcoin oficialmente.
Bitcoin es la mejor tecnología de dinero que ha habido en la historia, pero no todos le han agarrado la onda aún, ni gobiernos ni empresas. La chance está en meterle jefe, adelantarse y no dejar que nos ganen la jugada. Los países pueden comprar Bitcoin, pero también pueden traer inversión y mover la economía de verdad.
Un estudio del Perryman Group dice que la minería de crypto en Estados Unidos mueve más de 4 mil millones de dólares y genera 31 mil empleos cada año. Y según Bitget, la industria crypto podría crear más de un millón de trabajos para 2030. Eso en plena era de la inteligencia artificial, ¡imagínate!
Además, el capital no para de llegar. Según CryptoRank, desde 2013 la industria crypto ha levantado más de 120 mil millones de dólares en miles de rondas de financiamiento.

Aunque 2021 fue el año con más inversión, los cambios en 2024 y 2025 han vuelto a prender las luces. Fuente: CryptoRank.
Los cambios en las reglas de Estados Unidos han aumentado la emoción entre los inversionistas. Una encuesta de Coinbase junto con Ernst & Young arrojó que el 83% de los inversionistas institucionales planea meter más lana en activos digitales el próximo año, gracias a la claridad regulatoria que se viene.

El 60% cree que las elecciones van a subir el interés en cripto. Fuente: Ernst & Young.
Pero en América Latina hace falta claridad en las reglas, pero no para ponerle piedras al camino, sino para que haya certeza y se puedan crear negocios sin broncas. Eso es lo que hace falta para prender el motor de la innovación.
Eso ya lo cacharon en Estados Unidos. Cuando la administración Biden quería ponerle trabas, muchas empresas crypto salieron huyendo. Ahora que hay reglas más claras, el ecosistema está más vivo que nunca.
Aunque Estados Unidos es de los que más empresas crypto tiene, mucho de su mercado está afuera, en lugares como Latinoamérica, como reconoce el CEO de Tether.
La realidad económica de Latinoamérica es justo la que puede beneficiar más a esta industria, no solo con inversión extranjera, sino con el impulso al emprendimiento local.
Casi la mitad de los adultos en Latinoamérica no tiene acceso a bancos tradicionales. Además, las remesas mueven mucho dinero por la región —como 160 mil millones de dólares para 2024— y las monedas locales sufren de inflación y devaluaciones constantes, casos de Argentina y Venezuela van al tiro.
Todos estos son motivos por los que acá debería ser foco de la revolución Bitcoin, pero el problema es que la incertidumbre en las reglas y la falta de apoyo frenan el despegue que podría tener la región.
Por eso, acá se acumula poco bitcoin. De las 150 empresas públicas con más BTC, solo cuatro son latinoamericanas: Méliuz (Brasil) con 605 BTC, MercadoLibre (Argentina) con 570, Murano (México) con 21 y Autris (Panamá) con 9. Entre todas, juntan solo 1,205 BTC, un porcentaje súper pequeño.
En las privadas el panorama no cambia mucho, pero sí hay bandas como Roxom de Argentina y ArcadiaB de México que ya traen algo de BTC. Eso sí, la info está incompleta porque muchos exchanges no hacen pública su cantidad de bitcoins.
Lo que sí es una realidad es que, a pesar de las trabas, han surgido empresas chidas en la región, como Mercado Bitcoin (Brasil), Bitso (México), Ripio (Argentina) y Buda (Chile). Lo han logrado a puro empeño, peleando contra bancos y hasta persecuciones políticas. Si los reguladores los apoyaran, ¡otro rollo sería la historia!
Porque el futuro del dinero va para Bitcoin, la vara con la que se medirán las cosas. Latinoamérica tiene muchos usuarios y un montón de talento para meterle buena, no solo en empresas locales sino en las grandes transnacionales, donde hay latinos en cargos altos en Binance, Coinbase, Ripple y más. No necesitamos buscar afuera, los expertos ya están acá; solo falta que los gobiernos se pongan las pilas.
El Salvador ya demostró que con poco PIB y de a poco, puedes acumular BTC y ganar más de 400 millones sin vender nada. Paraguay tiene energía hidroeléctrica de sobra para minar y podría convertirse en potencia crypto. Argentina no solo es barato para minar, sino que tiene una comunidad mega preparada para Bitcoin.
En resumen, en Latinoamérica hay capacidad y oportunidad para brillar. Hay inversionistas listos, expertos con ganas, solo falta que los reguladores le entren de verdad. Bitcoin es libre y público, cualquiera puede empezar a usarlo ya, sin pedir permiso a nadie. Lo que urge es no quedarse atrás porque otros países ya corren.
Podemos seguir el ejemplo de El Salvador, o como Pakistán lo está haciendo y lo que Estados Unidos ya tomó como modelo: comprar bitcoin constante, atraer inversión extranjera y apoyar el emprendimiento local.
Así como el oro hizo que Estados Unidos mandara en el sistema monetario del siglo XX, Bitcoin va a marcar quiénes van a ser los que lideren el mundo del dinero en el futuro. Por eso la senadora Cynthia Lummis dice que la reserva de Bitcoin es “la ventaja geopolítica definitiva”.
Entonces, ¿qué esperan los líderes de Latinoamérica? ¿Van a seguir dejando que otros nos apaguen la luz y que el bitcoin se ponga bien caro para cuando quieran comprar? Latinoamérica no puede ser como la zorra de Esopo, diciendo que el bitcoin “está verde” nomás porque no quiso entenderlo. Reguladores de Latinoamérica, pónganse las pilas y empujen el bitcoin ya.
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