¡El crack de la vivienda revela por qué imprimir billetes es una locura y Bitcoin es la salvación!

¡Qué onda, banda! Les cuento que la dificultad para minar Bitcoin acaba de romper récord: llegó a 134.7 billones, ¡número gigante! Esto es como el nivel medio de dificultad para conseguir un bloque nuevo en la red, y cada vez está más pesado cachar esos Bitcoins.

Aunque muchos pensaban que esto iba a bajarle un poco, la neta ha ido subiendo sin parar desde agosto. Pero, ojo, la tasa de hash, que es como la velocidad total de todos los mineros picándole duro a la compu, bajó un poco y anda en 967 mil millones de hashes por segundo, que aunque sigue siendo un montón, no es tanto como el récord de más de un billón que se tuvo el 4 de agosto.

Con esta bronca, las grandes empresas que se dedican a la minería están sintiendo más presión porque ahora tienen que usar más recursos para minar y la pelea por sacar ganancias está bien reñida. Esto también está haciendo que la minería de Bitcoin se vuelva más “exclusiva” para los grandes, porque no cualquiera puede gastar tanta lana en máquinas y electricidad, lo que preocupa porque la cosa se puede poner centralizada, y ya saben que eso no va mucho con la idea original de Bitcoin.

Pero no todo está perdido para los mineros chiquitos y los que le entran solos, sin grandes equipos ni nada. Aunque los peces gordos dominan la pesca, hay unos cuantos mineros independientes que han pegado bloque y se han llevado la recompensa completa, que son alrededor de 3.125 BTC… o sea, como 344 mil dólares que no se ven todos los días.

En julio y agosto pasaron cositas chidas: un minero solito cayóle al bloque 903,883 y se rifó con casi 350,000 dólares en reward más las tarifas que se llevan por procesar transacciones. Otro minero independiente no se quedó atrás y en el bloque 907,283 se embolsó más de 373,000 dólares. Y apenas el 17 de agosto, un tercer minero solitario también ganó 373,000 dólares por abrir otro bloque, todos usando un pool llamado Solo CK para hacerla en solito.

Así que, aunque las cosas se están poniendo más duras para los mineros chicos, todavía hay esperanza y las recompensas siguen latiendo fuerte para quienes no se rinden. Eso sí, recuerden que esto no es consejo para echarse a minar o invertir sin antes ponerse trucha y hacer su tarea, porque en este juego hay riesgo y no siempre la suerte sonríe.

¡Ánimo y a darle!