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Después de un agosto movidote, donde Bitcoin brincó por arriba de los 123,000 dólares y luego se cayó hasta los 109,000, llega septiembre con todo el hype porque dicen que en USA podrían bajar las tasas de interés. Eso prende las expectativas de que se venga una buena para las criptos.

Lo que está en juego es una mezcla de la política económica gringa, datos de cómo se mueve el Bitcoin en la red (eso que llaman on-chain) y las zonas donde se supone que el precio tiene soporte firme. Todo eso va a marcar qué tal le va a ir a la cripto mamá en las próximas semanas.

José Artur Ribeiro, el mero mero de Coinext, contó que Jerome Powell, el jefe de la Reserva Federal, cambió el tono y dijo que podrían bajarle a las tasas en la reunión del 17 de septiembre. Eso anima a los que se arriesgan en activos fiesteros como Bitcoin y también rifó en la bolsa, donde el S&P 500 se puso en récords. O sea, la gente sigue con ganas de apostar y la fiesta no se enfría.

Además, hay que ponerle ojo al dato que suelta la Fed el 29 de agosto sobre la inflación, llamado núcleo PCE. Si sale más bajo de lo esperado, los recortes de tasas se hacen más probables y Bitcoin podría bailar más arriba.

Desde el lado técnico, Ribeiro dice que la última corrección no dio para más cuando el mercado cripto llegó casi a 3.7 billones de dólares. Ese es un punto clave que frenó la presión para vender, así que no se salió del rollo optimista general.

Ahora, para Bitcoin en particular, los que saben andan viendo niveles claros. Para que el buen Bitcoin siga disparado en forma parabólica, necesita cerrar septiembre por arriba de los 116,000 dólares y tener un dominio del mercado arriba del 61.1%. Si no pasa de ahí, hay que cuidar el rango entre 107,000 y 108,900 dólares, porque si se rompe, podría caer hasta los 93,000 o 95,000, según Glassnode.

Ese rango de 107 mil a 108,900 es importante porque ahí hay pila de Bitcoin comprados desde diciembre del 2024. Eso funciona como una barrera contra caídas fuertes; es como una defensa que evita que se nos caiga todo de a peso.

En cuanto a tendencias, Glassnode también ve que los compradores que entraron barato están sufriendo. Mucha banda compró cuando Bitcoin estaba en 113,600 a 115,600 dólares, y ahora andan en pérdidas. Por eso, si el precio sube a esos niveles, pueden vender para no perder más lana, lo que crea resistencia.

En el mundo de los derivados, los contratos más usados muestran que los traders están un poco agüitados y apostando a que el precio baje, lo que puede hacer que el mercado se ponga más volátil. En el mercado normal, el ánimo anda bien neutral, sin mucho entusiasmo ni miedo, justo en el punto donde Bitcoin podría decidir si se pone las pilas o baja a probar otros pisos.

Aunque hay estrés, José Artur sigue con buena vibra. Dice que estos bajones son oportunidad para entrar en un ciclo que podría durar medio año o más. Ponerle atención a los momentos cuando el mercado abre espacios para comprar barato es la clave.

Las métricas on-chain lo respaldan. Las pérdidas de Bitcoins no se parecen a las caídas fuertes del pasado, esas que sí marcaban el final de un ciclo. La caída del 11.4% desde el récord de 124,000 dólares está chida, moderada, nada de pánico.

El indicador SOPR, que mide si la banda vende ganando o perdiendo, anda neutral, lo que significa que la gente no ha entrado en pánico ni quitándose rápido de encima sus Bitcoins.

Para septiembre, hay tres señales que hay que tener en la mira:

1. Que en el cierre mensual Bitcoin ande por encima de 116,000 dólares y dominen más del 61.1% del mercado.

2. El dato del núcleo PCE, que puede cambiar la jugada para la reunión de la Fed.

3. Que la banda defienda el rango de 107,000 a 108,900 dólares para que no se venga una caída fuerte.

Con todo esto, y viendo cómo andan los derivados y el mercado al contado, se define si Bitcoin sigue subiendo con todo o se toma un descanso largo para pensar su próximo paso.

Ah, y ojo: esto no es consejo de inversión ni nada por el estilo. Cada quien con su rollo y sus riesgos, a investigar bien antes de meterse en esta montaña rusa.