¡La SEC no lo puede creer y aplaude la nueva ley de stablecoins!

Lo que tienes que saber:

  • Bitcoin ya no es solo la moneda rebelde del internet, ahora es un jugador pesado en la economía global y se mueve según las reglas de los mercados tradicionales, con todos los rollos y broncas que eso implica.
  • Los grandes custodios están tomando control de una buena parte de Bitcoin, lo que cambia todo el juego y hace que la idea de tener control total sobre tu propia lana sea más difícil.
  • Se está armando un pleito cultural y estructural entre un Bitcoin “institucionalito” y ordenadito versus un Bitcoin “salvaje” y soberano, y eso puede poner en riesgo la esencia y libertad del chisme.

El dinero de los grandes fondos está entrando a Bitcoin (sí, el famoso BTC), y con eso la moneda está dejando atrás su fama de ser la rareza para los que andan en lo underground. Esto trae billete y más credibilidad, pero también ata a Bitcoin a los vaivenes de la economía mundial: los cambios de política, las broncas de regulaciones, y los vaivenes de Wall Street. La grande pregunta es: ¿puede Bitcoin seguir siendo el mismo en esta nueva era de banqueros y traders con camisa y corbata?


Bitcoin como un macroactivo

Con tantos pez gordo metiéndose, Bitcoin ya no es tan loca ni tan volátil como antes, buena noticia para los que quieren aguantar a largo plazo, pero mala para los que andan cazando subidas y bajadas diarias. Ahora sí hay que estar atentos a lo que pasa en la economía mundial, sobre todo lo que Estados Unidos decida o haga, porque eso pega duro: ejemplos hay varios, como los rollos que traen con aranceles.

Desde que los institucionales empezaron a voltearle el ojo en 2018, Bitcoin se ha ido pareciendo más a los activos típicos, especialmente a los del sector tecnológico. Cuando la liquidez sube, BTC sube; cuando el dólar se pone fuerte, pues BTC baja. Lo que más llama la atención es que Bitcoin está bien conectado con el ánimo que hay en los mercados: cuando el riesgo se siente, el Bitcoin sufre más que otros.

Esto quiere decir que Bitcoin está más sensible al miedo y las crisis, porque ya no está solo, anda con la bandita de los activos grandes. Pero también quiere decir que cuando hay buen flow de dinero (más liquidez), Bitcoin puede pegarle duro al crecimiento. Los sharp traders ya pueden usar estas pistas para aventarse sus jugadas con más cabeza.

Otra cosa que causa ruido es que las instituciones hacen movimientos estratégicos muy puntuales, como vender para cerrar el trimestre con ganancia, aunque eso haga que el precio se mueva raro. Justo eso pasó a finales de 2024, que los ETFs de Bitcoin vieron grandes retiros de billete.


La bronca con los valores y la identidad

Pero lo que más quita el sueño es otra cosa… la creciente concentración. Bitcoin fue hecho para ser una red descentralizada, donde la banda es dueña de su lana y nadie tiene mando supremo. Pero ahora, los ETFs y custodios tienen como 1.4 millones de BTC, más del 6.6% de toda la moneda. Además, empresas y gobiernos tienen su tajada, y aunque no pueden tomar el control total, sí pueden mover el mercado y afectar cómo la gente usa o piensa en Bitcoin.

Esta concentración hace que mucha gente deje de cuidar sus propias claves y wallets, y prefiera confiar en intermediarios, lo que va en contra del mismo espíritu de libertad que Bitcoin tiene. Y si la regulación pega duro, puede que se queden dos tipos de Bitcoin: uno “certificado, pulcro y aprobado” por las instituciones, y otro “rebelde y marginado”, que puede hasta ser bloqueado o censurado en algunos lados. Esto no solo divide a la banda, sino que también le quita sentido a la misión original del proyecto: un dinero neutral que no le pida permiso a nadie.


El dinero de los grandes es como un cuchillo con filo de los dos lados. Trae billete, prestigio, y hace que Bitcoin crezca rápido, pero también puede quebrar el fundamento de por qué muchos se metieron a esto. Ahora el reto no es bloquear a las instituciones, sino entender bien cómo juega Bitcoin en este nuevo mundo, y mantener su libertad y neutralidad a toda costa.


Este texto no es consejo para invertir. Ponle cabeza, investiga bien antes de soltar lana en lo que sea.

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