¡Increíble! Las empresas se lanzan a comprar más bitcoin que los ETF ¡por tercer trimestre seguido!

¡Increíble! Las empresas se lanzan a comprar más bitcoin que los ETF ¡por tercer trimestre seguido!

Hace no mucho, decir que los bancos centrales influyen en el precio de Bitcoin era casi un pecado capital. No era solo una opinión económica, sino más bien una provocación política, como decir que el símbolo de la libertad financiera estaba bajo el control de esas instituciones chilangas que nadie quiere en su vida. En chats y foros, con sólo insinuar que las tasas de interés podían afectar el ánimo de los inversionistas, te tachaban de un montón de cosas: keynesiano, estatista, o peor.

Esto venía de la onda libertaria que traía lo nuevo de las criptos. En ese tiempo, Bitcoin era como un planeta aparte, libre de la gravedad del sistema de siempre. En ese mundo, el dólar y sus compas eran solo papel deschavetado, fabricado sin límite por los bancos centrales y sus máquinas de imprimir billetes. Pensar que esos mismos bancos tenían chamba en el precio de un activo que nació para romper ese sistema, era literalmente impensable.

Pero, como todo en la vida, esto fue cambiando. Con el paso del tiempo y la madurez de la comunidad, la postura rígida se suavizó. Lo que antes era verdad absoluta ahora se ve con más calma. Hoy, cuando se habla de la Reserva Federal y los bancos centrales, la mayoría de los bitcoineros sí presta atención. Ya saben que la mayoría no está apostando por una revolución, sino por algo bien simple y real: hacer lana. Y en eso, la liquidez —que es como la facilidad para comprar o vender— importa un buen.

Bitcoin resultó ser un equipo de dos: el código, claro, pero también el dólar (o la moneda fiat que sea). Si uno de los dos tiene problemas o se pone escaso, el otro siente el golpe. Muchos empezaron a entender esto cuando vieron cómo Bitcoin subió como espuma con la avalancha de dinero durante la pandemia. Y luego cayó cuando llegó la inflación y la Fed decidió subir las tasas, después de años de mantenerlas bien bajas.

Queda clarísimo que la Fed sí hace ruido en el precio de Bitcoin, por más que a algunos les duela admitirlo. Antes, cuando los intereses estaban tranquilos y bajitos, era más fácil ignorar todo esto. Pero con la inflación que se salió de control y las decisiones más duras de los bancos centrales, ya no hay forma de hacerse güey.

Ahora, todos traemos ojo avizor para las noticias de la Fed, sus reuniones y hasta sus discursos, casi con la misma emoción que cuando Elon Musk suelta alguna bomba. Las ideas de un mundo sin bancos centrales siguen siendo parte de la charla, sobre todo en debates teóricos o políticos, pero en la realidad financiera de hoy, su influencia es un hecho. Y aceptarlo no es política, sino entender cómo funcionan las cosas.

Si se espera que bajen las tasas de interés, eso es buena onda para Bitcoin y otros activos arriesgados. Pero si se anticipan tasas altas, pues hay malas vibras. Esto siempre ha sido así y seguramente seguirá igual por un buen rato. Los mercados, incluyendo las criptos, se mueven por la liquidez y las ganas de riesgo, y esas dos dependen de lo que decidan hacer los bancos centrales. Negar eso sería como cerrar los ojos a una realidad dura que mueve la lana en todo el mundo, sin importar si el activo es crypto o papelito.

Pero tampoco hay que caer en la exageración y pensar que los bancos centrales mandan en todo. Sí, sus decisiones se reflejan en el precio de Bitcoin —sobre todo en ciertos momentos—, pero hay que tener un poco de sana desconfianza. Bitcoin no es como los activos tradicionales: tiene una oferta limitada, garantizada y fija, algo que ningún banco central podrá replicar o andar manipulando. Esa escasez es lo que le da fuerza para aguantar la mano dura y la devaluación que sufren las monedas fiat, que sí pueden de la nada sacar más billete.

Además, el chiste de Bitcoin no es solo subir de precio. Para muchos, es un refugio contra la inflación, una herramienta para tomar las riendas de su dinero en economías que son un desmadre, y un símbolo de libertad financiera. Esos factores ideológicos y esenciales, que a veces no se ven tan claro en el vaivén diario, siguen siendo la base de su valor. Decir que Bitcoin es solo otra pieza del sistema tradicional sería no entender que tiene una propuesta única y un potencial para cambiar las reglas del juego. La atención que ahora le ponemos a la Fed es pura estrategia, no una rendición. Es aceptar cómo está el terreno, sin perder de vista que Bitcoin busca romper con ese juego, aunque el camino tenga sus vueltas. Su código firme es el chiste que equilibra la balanza frente a la política centralizada.

Aviso rápido: lo aquí dicho no es consejo para invertir ni nada parecido. Cada quién toma su propia decisión y se avienta sus riesgos. Más vale investigar bien antes de mover lana. Y ojo, las inversiones en cripto no están reguladas, pueden no ser para todos y uno puede perder todo lo invertido. Además, los servicios o productos mencionados no están disponibles para inversionistas en España.

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