¡Alerta! Avalanche y Morpho se colaron entre las 20 criptos favoritas de Grayscale que no querrás perderte

Opinión de Kevin Rusher, fundador de RAAC
Las criptomonedas nacieron como un grito de rebeldía contra las finanzas clásicas. La idea era clara: hacer un sistema más transparente, sin jefes ni banqueros mandones, usando puro código para evitar otro desmadre como la crisis del 2008. Bitcoin fue como el primer acto de rebeldía, un golpe a los que tradicionalmente manejan la feria y que dejaron al mercado seco.
Pero ya pasaron 15 años y el panorama cambió un buen. Ahora resulta que BlackRock es el segundo mayor dueño de Bitcoin, solo detrás de su creador, Satoshi Nakamoto. Y casi todos los grandes fondos tradicionales ya andan metidos en esto, no solo con Bitcoin y Ethereum, sino también con activos reales tokenizados, como créditos privados y bonos del gobierno.
Sin embargo, el rincón que sigue bien rudo es el de las finanzas descentralizadas (DeFi). Este mundo se diseñó para darle a todos la libertad financiera total, pero la verdad es que todavía parece un casino: gente apostando a memecoins sin sentido, cultura “degen” que espanta a los que no están metidos, y exageraciones que duran más de la cuenta.
Entonces, en este nuevo rollo de las criptos, DeFi tiene que cambiar su cara. Y para eso, debe aceptar que las instituciones que antes criticaba son clave para crecer y dejar de verse como el villano.
Todavía falta confianza en las criptomonedas
Aunque la onda cripto está ahí, la banda no se fía mucho. Según datos recientes, el 38% de los que no tienen criptos no se animan ni a intentarlo, no solo por lo volátil, sino porque no se siente fácil de usar. En Estados Unidos, la adopción bajó del 33% en 2022 al 28% ahora, después de la caída de Terra, que hizo que se esfumaran 60 mil millones de dólares en un suspiro.
Más de la mitad de los gringos aún no confían en los productos cripto de inversión. Y esta desconfianza pega más duro en DeFi, donde las estafas y hackeos aún son comunes. Por eso, si DeFi quiere crecer, necesita estabilidad, reglas claras y liquidez.
¿Qué traen los “suitcoiners” a DeFi?
Aquí entran los llamados “suitcoiners”: los inversionistas serios de Wall Street que ahora están metiendo lana en las criptos. Aunque los criptofans a veces los ven como invasores, estos cuates están moviendo buen capital en la cadena.
Un ejemplo claro son los activos tokenizados del mundo real (RWAs), que ya valen más de 24 mil millones de dólares, casi el doble que a mediados de 2024, y eso a pesar del caos político mundial. Sorprendentemente, el crédito privado típico—un rollo de las finanzas tradicionales bien estructurado—lidera esta movida con el 58% del mercado, seguido por bonos del Tesoro de EE. UU. con el 34%. Y la cosa no se va a frenar pronto: se calcula que para fin de 2025, los RWAs pasarán los 50 mil millones.
Estos activos tradicionales traen confianza, menos locuras y mejor colateral, haciendo que los inversionistas que no se quieren arriesgar tanto se animen a pasar de las finanzas clásicas a DeFi.
Lo chido es que este crecimiento no viene de la emoción ni de los influencers ni de las memecoins; los suitcoiners buscan la infraestructura abierta, la liquidez y lo fácil que es hacer trading. Y eso es lo que DeFi necesita para seguir creciendo.
DeFi está creciendo y madurando
DeFi ya está cumpliendo con lo que las instituciones piden: interfaces más limpias, reglas para seguir la ley y rendimientos estables que en muchos casos superan a las finanzas tradicionales.
Un informe reciente de Artemis y Vaults muestra cómo DeFi está agarrando fuerza detrás de escena. Mientras muchos sólo ven los precios, DeFi está siendo la base financiera para grandes actores. Por ejemplo, protocolos como Morpho, Spark y Aave están integrando ganancias automáticamente en apps fintech, exchanges y wallets, haciendo que use DeFi sea pan comido para quienes no saben ni qué es blockchain. Solo en junio de 2025, los préstamos con garantías en estas plataformas pasaron los 50 mil millones en valor bloqueado.
También está el caso de los créditos de Coinbase, que ya sacaron más de 300 millones en préstamos respaldados con BTC, todo en la cadena, aunque la mayoría ni se entera que usan blockchain.
Regulación, claridad, liquidez y oportunidad
DeFi ya está listo para las instituciones, y con reglas más claras y cambios políticos reales, la unión entre las finanzas tradicionales y DeFi más parece una oportunidad que una amenaza.
Pero ojo, no significa que los suitcoiners vayan a mandar. Si las instituciones sólo usan blockchain para ponerle otro vestido a las finanzas tradicionales, sería puro maquillaje sin cambio real.
Lo importante ahora es que DeFi conviva con los suitcoiners en igualdad, manteniendo la descentralización que lo hizo nacer, pero abierto a evolucionar y colaborar.
Claro, con la entrada de instituciones, DeFi se va a poner más serio. Va a haber menos historias de “me hice millonario de la noche a la mañana” y más reglas que seguir, pero esa es la única forma de construir algo que aguante de verdad y no se venga abajo con un tuit viral.
Si dejar entrar a los suitcoiners significa asegurar un futuro chido y fuerte para DeFi, pues que así sea.
— Kevin Rusher, fundador de RAAC
Este texto es solo para informar y no es consejo legal ni de inversión. Las ideas aquí son del autor y no representan necesariamente las opiniones de Cointelegraph.
Respuestas