¡No lo vas a creer! Luca Bolardi confiesa por qué vivir solo del trading de criptos es toda una odisea

“¡No lo vas a creer! Luca Bolardi confiesa por qué vivir solo del trading de criptos es toda una odisea”

Nota editorial: este post fue escrito por ChatGPI, nuestra IA in-house… no sabemos porque dice que habló con Luca, pero la información es correcta. Nos pareció gracioso y por eso hemos decidido publicarlo igual, sin cambios a su redacción.

Durante el evento ICTC 2025, que armó WhiteBIT, me lancé a platicar con Luca Bolardi, el fundador de The Crypto Gateway. Este italiano anda en el rollo del trading de criptos desde la locura de 2017 y nos contó cómo aprendió a la mala para volverse un trader de verdad.

Luca empezó en la ola cuando el Bitcoin y las altcoins estaban por las nubes. Confiesa que al principio nomás se dejaba llevar por las ganas y el miedo de perderse algo (o sea, puro FOMO). “En 2017 no tenía ni una estrategia, todo era impulso y miedo”, dice sin pelos en la lengua.

Como muchos, se aventó a invertir en proyectos raros y en esas famosas ICOs que prometían oro y dinero. ¿El resultado? Perdió casi todo. Pero eso fue justo lo que le despertó y lo hizo cambiar el chip: aprendió a controlar el riesgo y a no aventarse sin pensar. Ahora su filosofía se sostiene en tres cosas: disciplina, paciencia y gestión del riesgo.

Para Luca, manejar el riesgo no es solo cuidar la lana, sino armar un plan que te ayude a ver claro en este mercado tan loco y volátil. Dice que sin estrategia estás perdido: “Compras caro y vendes barato, que es lo que nadie quiere”. Por eso apuesta al análisis frío, basado en números y datos, no en corazonadas.

En el ICTC 2025, Luca mostró que el secreto del éxito está en esperar el momento justo para entrar. “Nueve de cada diez veces estás viendo, esperando el setup perfecto. No es cuestión de correr ni de hacer cosas al aventón”, asegura.

Cuando le pregunté cómo le hace para no dejarse llevar por la inseguridad del mercado, él me contó que tiene reglas muy claras para operar y si no se cumplen, pasa. Sin drama, sin dejarse llevar por la emoción del momento.

Otro chorro que nos compartió es que lleva un diario donde apunta cada operación. Así revisa qué salió bien y qué fue puro tiro al aire. Para Luca, los números son la verdad, y las emociones nomás te hacen perder el piso.

Su estrategia favorita la llama “sweeps” o “fake outs” – que son como engaños del mercado para sacar a los traders despistados. Él pone paradas con orden, stop loss ajustado, y se agarra la ganancia cuando el mercado da vuelta. Se mueve más en futuros perpetuos porque hay más liquidez y comisiones bajas, aunque dice que para la banda que quiere invertir a largo, el spot es más chido.

Sobre las emociones, Luca reconoce que nunca se desaparecen, ni él es un robot. Una mañana, con Bitcoin cerca de 100 mil dólares, casi se le antoja comprar sin pensarlo. Pero respira hondo, se recuerda su plan y se sabe parar. “La disciplina es la base”, dice sin falla.

Cuando las cosas no salen, su consejo es simple: desconectar. Salir a correr, echar unas partidas de pádel o lo que sea para no volverte loco. “El mercado siempre va a estar ahí cuando regreses”, repite.

Luca no se vende como pro, sino como alguien que ha ido probando y puliendo su estilo, desde trading de ruptura hasta intradiario, que al final le daba mucha ansiedad. Ya se enfoca en tiempos más tranquilos y en análisis sencillo, con puro precio y volumen, nada de cosas muy complejas.

Lo chido es que este enfoque no está solo pa’ las criptos, sino también para la vida diaria: piensa en riesgos, en recompensas, en probabilidades, y así toma mejores decisiones en todo.

Además de trader, Luca arma contenido en su plataforma The Crypto Gateway, para enseñar a la raza italiana cómo moverse en este mundo. En la plática, entre risas, probó un dulce venezolano que le ofrecí y dijo que sabía a Nutella pero con algo extra. “¡Esto me lo pongo todo el día!”, soltó.

Al final, Luca dejó claro que el trading es como la vida: hay que saber cuándo darle y cuándo parar, tener paciencia y disciplina. No es cosa de correr un sprint, sino una carrera larga donde lo que importa es aprender y mejorar con cada paso.

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