¡El ether (ETH) no para de crecer tras la actualización Pectra y nadie lo esperaba!

Durante mucho tiempo, el mundo se subió a la ola de la globalización económica. Eso significa que los países empezaron a vender y comprar entre ellos sin tantas broncas ni trabas, como si todo fuera pan comido. Las fábricas se fueron a donde el costo fuera más barato, y así todo se volvió más barato y se producía más. Los bancos centrales aprovecharon para dejar los intereses súper bajitos, y con toda la lana circulando, se armó un desmadre especulativo en los mercados financieros. ¡Una fiesta total!
Pero como toda fiesta, la cruda llegó y fuerte, sobre todo después de la pandemia. La producción centralizada mostró su lado obscuro. ¿Se acuerdan de la escasez de chips? Ese detallito causó un desmadre en la industria automotriz y muchas otras. Sin esos chips, los precios subieron y a muchos se les quedó el carrito nada más en sueños. Nos dejó claro que depender de unos cuantos lugares para todo es súper riesgoso.
Y para ponerle más salsa al guiso, la política también metió mano. Ahora los países se están cerrando más, como diciendo “cada quien en su casa”. Esto significa construir muros, no solo físicos, también comerciales, y esto genera líos y trabas para el comercio. El resultado: producción más dispersa y, aunque menos vulnerable en teoría, suben los precios y baja la producción. Además, los bancos centrales no pueden andar soltando lana a lo loco como antes. ¿Y esto qué onda con Bitcoin? Pues al tiro, parece que lo complica.
Pero aquí se pone bueno y medio confuso. Sí, la desglobalización con sus muros podría hacer que el comercio baje, y entonces la necesidad de una moneda global como Bitcoin podría parecer que se enfría. Si cada país anda bien cerrado, ¿para qué quieren una moneda sin fronteras?
Pero la cosa cambia cuando ves que esos muros y trabas también hacen que el sistema tradicional se vea lento, caro y burocrático. Ahí entra Bitcoin como el héroe sin capa: una moneda que no pide permiso, que no tiene fronteras y que funciona todo el tiempo sin importar las decisiones políticas o de los bancos centrales. Cuando las cosas se ponen pesadas y las vías normales se tapan, Bitcoin puede ser la solución para mover lana rápido y sin broncas.
Entonces, la desglobalización tiene su lado bueno y malo para Bitcoin. Por un lado, parece que le juega en contra de ser la moneda universal. Pero por el otro, las broncas del sistema clásico podrían empujar a más gente a buscar alternativas chidas y sin control. En un mundo que se anda fragmentando, una moneda independiente y sin fronteras puede brillar más que nunca. Es como si el problema de uno fuera la oportunidad de otro. Ya veremos si la desglobalización es un muro o un trampolín para Bitcoin.
Claro que no todo es tan simple. Aunque haya más trabas, el comercio internacional seguirá siendo gigante, solo que más fragmentado. Las grandes empresas y gobiernos seguirán usando los sistemas tradicionales que ya conocen, aunque sean medio lentos y complicados. Bitcoin todavía es joven y movido, y por eso muchos lo ven más como una apuesta que como la moneda oficial para transacciones enormes. La infraestructura para competir con bancos y redes tradicionales está en pañales.
Pero la desglobalización no elimina el comercio, solo lo cambia. Ahí es donde Bitcoin puede entrar con todo: en países con controles de capital, gente sin acceso a bancos o personas que huyen de la inflación loca en su moneda local. Para esos grupos, Bitcoin es una escapatoria. Además, con todo el rollo de digitalización y ganas de cuidar la privacidad financiera, Bitcoin tiene vientos a favor que no dependen de la globalización. Puede ser el refugio ideal para guardar valor y mover lana sin importar las fronteras y reglas de gobierno. La desglobalización no lo frena, solo le da una nueva dirección, más específica pero igual de importante.
Nomás para que quede claro: lo que lees aquí no es consejo para invertir, cada quien es responsable de su chamba y de hacer su tarea antes de lanzar su lana. Las inversiones en cripto pueden ser bien riesgosas y perder todo el varo no es raro. Además, los servicios aquí mencionados no aplican para toda la gente ni para inversionistas en ciertos países, como España.
Así que, ya sabes, ¡esto del Bitcoin y la economía global es un cotorreo largo, pero bien interesante!
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