¡Descubre por qué el peso mexicano sube o baja según la inflación en Estados Unidos! ¿Magia o economía?
¿Has escuchado eso del “Superpeso”? Pues resulta que nuestro querido peso mexicano lleva un buen rato fortaleciéndose frente al dólar, y todo tiene que ver con decisiones de allá del norte y cómo México ha estado moviendo sus fichas para aguantar el toro.
La historia empezó cuando en Estados Unidos se dispararon los precios, gracias a que después de la pandemia la gente se puso a gastar como si no hubiera mañana y, además, las cadenas de suministro estaban gachas. Esto hizo que la Reserva Federal de Estados Unidos –como el “jefe” del dinero allá– tuviera que subir las tasas de interés para que la gente prestara menos y enfriara la economía.
Ahí es cuando Banxico, nuestro banco central, entró al quite. Sabiendo lo pegados que andamos con Estados Unidos en la economía, decidió subir también las tasas de interés, muchas veces hasta más rápido que la Fed. ¿Para qué? Pues para que la lana extranjera quiera venir a invertir aquí, porque ganar más con el peso es más chido que ganar menos con el dólar. Esto se llama “carry trade”, que nomás es agarrar dinero barato en dólares y meterlo en pesos para sacar ganancia.
Con esta entrada mega chida de dólares, la demanda de pesos sube y por eso nuestro peso se aprecia, o sea, se vuelve más caro comparado con el dólar. Eso es el famoso “Superpeso”. Pero ojo, esto también depende de que Estados Unidos mantenga su inflación alta y no afloje la subida de tasas.
Ahora, para que quede clarísimo, inflar los precios y que el peso se aprecie no es lo mismo. La inflación es cuando todo comienza a costar más y tu dinero vale menos adentro del país. La tasa de cambio, o sea, el precio del peso contra el dólar, solo dice cuántos pesos necesitas para comprar un dólar. Cuando el peso está fuerte, el dólar te sale más barato, lo que ayuda a que los productos importados nos salgan menos caros y así la inflación no se dispara tanto.
Tener un peso fuerte tiene sus ventajas: la inflación se puede controlar un poco, la deuda en dólares se paga más fácil y si te vas de viaje al extranjero, tienes más lana para gastar. Pero no todo es miel sobre hojuelas: las exportaciones se encarecen y los que venden cosas fuera de México pierden mercado, lo que a la larga no ayuda al crecimiento. Además, las remesas que llegan desde afuera valen menos en pesos y eso afecta a muchas familias.
En el rollo global, la guerra comercial y la competencia entre potencias han hecho que muchas empresas busquen mover su producción cerca de sus mercados principales. México ha sacado ventaja de eso con el “nearshoring”, que nada más es que más empresas buscan poner aquí sus fábricas para estar bien cerquita de Estados Unidos. Esto ayuda un buen a la economía y también al peso.
Pero ojo, esta casualidad depende mucho de lo que pase en Estados Unidos; cualquier cambio en su política económica o en aranceles nos puede pegar duro. Por eso es importante que México se ponga las pilas con su infraestructura, diversifique sus socios y aumente su capacidad productiva para aguantar la chamba.
Por último, aunque tener un Superpeso se ve chido y da cierta confianza, eso no quiere decir que la economía mexicana esté perfecta. Una moneda fuerte no significa que todos tengan mejor empleo, que la productividad suba o que la riqueza se reparta mejor. Al contrario, podría frenar las exportaciones y la inversión productiva si no se maneja con cuidado.
Así que, al final del día, lo que de verdad importa no es solo el valor del peso versus el dólar, sino que más gente tenga buenos trabajos y que su ingreso alcance para vivir bien, sin importar si en Estados Unidos suben o bajan sus tasas de interés.
¡Y pues eso! Nada de consejos financieros, nomás la pura info para que estemos al tiro con lo que pasa en la economía. ¿Listos para seguirle la pista al Superpeso?
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