¡La dificultad de minar Bitcoin se dispara a un nivel nunca antes visto y todos se preguntan: ¿estamos ante una centralización masiva? 🚀💥

La dificultad para minar Bitcoin llegó a un nuevo récord: 142.3 billones, ¡una cifra bien loca! Esto significa que cada vez está más difícil añadir nuevos bloques a la cadena de bloques de Bitcoin, y la cosa se puso pesada este viernes.

Desde agosto y septiembre, la dificultad no ha parado de subir porque han llegado un chorro de máquinas súper poderosas a la fiesta, dándole más fuerza a la red. De hecho, la potencia total que usan los mineros, conocida como hashrate, alcanzó un máximo histórico de más de 1.1 billones de hashes por segundo, o sea, un montón de cálculos por segundo para proteger el sistema.

Pero aquí está lo complicado: esta dificultad creciente y la necesidad de usar una mega potencia computacional que chupa mucha energía está haciendo que los mineros pequeños la tengan bien difícil para competir. Las empresas grandes están pisando fuerte, y algunos temen que la minería se esté concentrando en pocas manos, lo que podría ir en contra del espíritu descentralizado de Bitcoin.

Ahora, las empresas que cotizan en bolsa y los mineros chiquitos están lidiando con otra bronca: los gobiernos y proveedores de energía que, con recursos bien baratos o casi gratis, están entrando fuerte en la minería. Algunos países, como Bután, Pakistán y El Salvador, ya están usando su energía sobrante para minar Bitcoin, lo cual les ayuda a aprovechar mejor sus recursos.

Por ejemplo, en mayo, Pakistán dijo que va a dedicar 2,000 megavatios de energía extra para la minería, viendo que las criptos son el futuro y quieren subirse al tren. En Texas, Estados Unidos, los proveedores de energía están metiendo la minería de Bitcoin en su jugada para equilibrar la red eléctrica, ayudando a que no haya ni apagones ni desperdicio de energía.

La cosa funciona así: cuando hay poca demanda de electricidad, los mineros usan la energía que sobra para darle acción a su hardware, y cuando la demanda está alta, apagan sus máquinas para que todos los usuarios tengan luz asegurada. Esto les deja ganancias chidas a las empresas energéticas sin pagar tanto por la energía, algo que las corporativas mineras no pueden hacer tan fácil.

Así que, mientras la dificultad de minar Bitcoin sigue subiendo y la batalla por la energía se intensifica, el juego se pone cada vez más de a “poca madre”. Pero cuidado con meterse sin investigar, que esto no es recomendación de inversión y cada quien debe chambear con cabeza fría. ¡A darle con ganas pero con bien pilas!

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