¡Increíble! Hombre de California condenado a 51 meses en la cárcel y no creerás por qué

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El pedo con las criptomonedas, y más con el mismísimo Bitcoin, es que viven en un carrusel de altibajos que no para. Como cuando en México cambia el clima y llega la temporada de lluvias, luego el calorazo, y vuelta a empezar, el mercado de Bitcoin también tiene sus etapas: sube, baja, se recupera y vuelve a empezar. Esto no es casualidad; tiene mucho que ver con cómo pensamos y actuamos las personas, y con lo básico de la oferta y la demanda. Muchos que se meten a este rollo solo piensan en ganar rápido, pero se les olvida que lo que sube, también baja. La historia de Bitcoin es casi como un documental de sus “booms”, esos momentos en los que se pone en boca de todo mundo porque crece mucho.

Al inicio de la década pasada, Bitcoin era una joyita que solo unos cuantos locos techies cachaban. Fue cuando empezó a moverse y a llamar la atención, pero aún era un misterio para la mayoría. Después de un tiempo de tranquilidad, llegó el segundo gran boom que puso a Bitcoin en el radar de todos. Fue cuando todo mundo empezó a hablar del tema, hasta en la comida de la abuela. Ya no era puro nerd y visionario; la banda con algo de lana empezó a apostarle con ganas. La volatilidad hizo de las suyas con esos subidones y correcciones que mostraron que esto no es línea recta.

Cuando el mercado se pone chillón y celebra la subida, muchos se hacen de la vista gorda y olvidan que al final, la gente va a querer agarrar sus ganancias. La neta, el plan de casi todos en este juego es hacer dinero, y esa es la razón de los ciclos de altibajos.

Ahora, el ambiente con Bitcoin está más tenso, como invitando al “Tercer Boom”. Hay señales claras de que se viene otro buen crecimiento, pero esta vez la cosa se ve distinta. Ya no son solo los entusiastas y los chavos techies; ahora también están metidos los grandes peces, como fondos de inversión y hasta gobiernos. Esa lana “inteligente” mete más fuerza y estabilidad al juego. Además, la infraestructura está chida: hay productos financieros regulados, como los ETFs, que hacen que invertir en Bitcoin sea más sencillo para el que quiera sin complicarse con la tecnología.

Antes, Bitcoin era la joya rebelde para el que quería romper con el sistema o un simple experimento. Ahora, se está viendo más como el “oro digital”, algo para guardar valor porque tiene lo bueno de la era digital: lo puedes mandar fácil y se puede dividir sin broncas. Con tanta inflación y monedas que pierden valor, más banda busca proteger su lana con Bitcoin. Además, cada que llega el “halving” —ese evento que reduce a la mitad las monedas nuevas que se crean—, se pone más intenso porque baja la oferta y la demanda sigue subiendo.

La historia nos dice que los precios de estos activos no solo se mueven por los números, sino también por la vibra y lo que la banda piensa. Antes fue la emoción por la tecnología, luego la revolución financiera y hoy el rollo es que es una reserva de valor. Pero, ¿y si esta historia nos está cegando y hay una realidad más complicada debajo?

Hay gente que piensa que el próximo gran movimiento de Bitcoin no va a ser un boom explosivo, sino un crecimiento tranquilo y firme gracias a que los que invierten ya son grandes y serios. En el pasado, los ciclos locos fueron porque muchos pequeños se aventaban con la idea de hacerse ricos rápido. Si siguen entrando estos peces gordos, el mercado podría madurar y los precios ir ganando sin tanto sube y baja loco.

Esta idea rompe con el sueño de muchos que quieren ver otro súper mega boom con mucha volatilidad y aventuras. Quizás el éxito real de Bitcoin sea dejar de ser un juego de montaña rusa y empezar a ser algo estable, aunque menos emocionante, pero mucho más sólido.

En este rollo de Bitcoin, muchas veces las expectativas están por encima de la realidad. En la última racha, la banda compró hasta en la cima porque no quería perder el viaje, sin cuenta que tarde o temprano toca hacer caja. Se olvida que todo ciclo con buenas vibras no dura para siempre, y el mercado siempre se encarga de dar el recordatorio, a veces de manera bien dura.

Aviso: Lo que lees aquí es solo para que te pongas al tiro y no como consejo para invertir. Siempre haz tu tarea antes de aventarte al ruedo, porque en esto, como en la vida, hay riesgos.

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