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Opinión de Vitaliy Shtyrkin, director de producto en B2BINPAY
Ethereum sigue siendo la casa de la banda más grande de desarrolladores en mundo cripto. Según datos nuevos, esta red es la que más gente activa tiene al mes y mueve la mayor lana en transacciones pesadas y en DeFi, que es donde se guarda buena parte del dinero bloqueado.
Pero ojo, para 2025, Ethereum comenzó a perder usuarios muy activos, esos que entran y salen todo el día, sobre todo en la capa 1. La gente está cambiando a las soluciones de capa 2 o a otras cadenas que son más fáciles de usar y con comisiones más bajitas.
No se puede decir que Ethereum esté roto, más bien se anda desviando. Con la volatilidad baja, las comisiones subiendo y un montón de soluciones de capa 2 que no se llevan bien entre todas, hacer las cosas básicas se está volviendo un rollo.
Algunos no quieren hablar de crisis, y tienen razón, porque Ethereum sigue siendo la opción para mover mucho dinero chido.
Pero cuando la red no deja a la banda hacer sus cosas fácil, la gente empieza a mover su actividad a otros lados, sin hacer mucho ruido. Y ya se ven señales de eso.
Escalar, pero sin uniones que funcionen
En mayo de 2025, Ethereum procesó un récord de 480 mil millones de dólares en transferencias de stablecoins, que son monedas digitales estables. Más de la mitad de ese movimiento fue gracias a bots, o sea, algoritmos haciendo transferencias rápido. El problema ya no es que la red no pueda, sino que la experiencia para quien usa la red se quedó corta.
Aunque mandar una transferencia simple debería ser pan comido, muchas veces la gente tiene que usar puentes que no inspiran confianza, esperar en largas filas, andar cazando cuál token de gas necesita y agarrar liquidez en rollups que son como capas extras. Los rollups han hecho que la red sea más rápida, pero dejaron de lado la experiencia para usuarios, y ahí la banda se pierde.
Por ejemplo, alguien quiere mover USDC de Arbitrum a Base… ¿cuánto va a tardar? ¿Qué token de gas debe tener? ¿Y qué pasa si la comisión se pone loca a la mitad? Justo ahí, Ethereum pone nerviosa a la gente y es cuando varios deciden pirarse a otra red.
Cada rollup tiene sus reglas chidas y sus broncas: mercados de tarifas diferentes, wallets que no pueden hacer un solo clic mágico para todo, y cosas raras llamadas MEV que al final siempre le cuestan a los usuarios. Ninguna de estas broncas solos es la gran cosa, pero juntas hacen la experiencia bien pesada, y por eso la gente se está yendo a opciones más sencillas y controladas.
El problema de Ethereum es que le falta integrar todo este rollo. La escalabilidad está chida, pero no hay coordinación entre las partes y así no se arregla solo con más soluciones de capa 2 o más rollups.
Nadie tiene que mandar en Ethereum, pero sí hace falta que alguien se aviente a coordinar cómo se conecta todo.
El ecosistema debe decidir: seguir como está, bien neutral y fragmentado, o echarse un paro para coordinar y que todo funcione bien. Ahora está tratando de hacer las dos cosas y eso no se puede.
Rollups que se creen soberanos y una experiencia dividida
En teoría, las redes de capa 2 de Ethereum son como extensiones de la cadena principal, pero en la práctica cada rollup es como un mundo aparte, con sus propias reglas, costos y tiempos. Eso hace que las personas tengan que hacer malabares para usar sus wallets en cada uno.
La mayoría de los rollups todavía dependen de unos cuantos que controlan el orden de las transacciones, y otros usan sistemas algo más complejos para seguridad que al usuario promedio poco le importa, porque no hay forma clara de saber qué tanta protección tienen.
Lo mismo pasa con los puentes entre rollups. Cada uno es como un contrato distinto que decide sus reglas para mover dinero, cuándo puedes retirarlo y qué pasa si algo sale mal. No hay una forma simple y segura de moverse entre rollups: es más bien una apuesta confiando en que no pase nada malo.
Aparte, el mercado no tiene interés natural en unir todo: los rollups quieren crecer, los puentes buscan la lana que hay bloqueada, y las wallets quieren ganar comisiones. Nadie gana dinero asegurando que Ethereum se sienta como una red sola y sin broncas, así la complejidad se sigue poniendo peor.
El boom de capa 2 es justo Ethereum haciendo lo que debía, pero esta escalabilidad sin reglas compartidas tiene un costo: una red que funciona en lo técnico, pero que en experiencia de usuario está rota. Para que Ethereum siga siendo chido hay que que juntar todo en algo coherente.
Estándares, no un jefe: la próxima movida de Ethereum
Como se ve, Ethereum necesita coordinación. Ya pasó la etapa de hacer la red más rápida; ahora toca el desafío humano: hacer que todo se sienta como una sola red otra vez.
Eso comienza siendo predecible.
Compartir secuenciadores puede bajar el abuso de las transacciones y hacer que los usuarios estén más seguros al mover cosas con rollups. El detalle es que estas infraestructuras son opcionales y Ethereum tendría que tratarlas como piezas centrales; si no, la fragmentación va a subir.
La usabilidad también está en el mismo problema. Los usuarios hoy en día tienen que escoger manualmente rollups, puentes, tokens y cuánto pagar. Un modelo mejor sería que el usuario diga qué quiere hacer y unos “solvers” compitan para lograrlo eficientemente. Algunas wallets ya están probando esto, pero no hay un estándar que todos usen.
En resumen, Ethereum sí necesita una especie de constitución para la experiencia de usuario. Eso quiere decir que las pruebas no pueden estar en modo “próximamente”, sino en vivo. La descentralización de los secuenciadores debería tener hojas de ruta claras, mientras que los puentes deben explicar en lenguaje sencillo quién puede hacer qué y cómo funcionan los retiros. La experiencia debería unirse en un estándar común: que todo sea fácil de entender, con cuentas claras y tarifas transparentes.
Además, toda solución seria de capa 2 debería funcionar con capas de coordinación compartidas.
¿Lo bueno? Ethereum no necesita un jefe ni hacer cambios drásticos de un día para otro. Solo requiere acuerdos, calendarios y ganas de ponerse de acuerdo. La deriva, que todo siga desordenado, es una decisión. Arreglarlo y devolverle la unidad también lo es.
Este texto es solo para informar y no es consejo legal ni de inversión. Lo que aquí digo es solo mi opinión y no representa necesariamente lo que piensa Cointelegraph.
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