¡Cuidado con los “Créditos Zombi”! ¿Podrá la cripto salvarnos del apocalipsis financiero?

¿Has oído hablar del “crédito zombi”? Suena a película de terror o a algo de fantasmas, pero la neta es que existe en el mundo de las finanzas y no es ninguna broma. Básicamente, es una deuda que ya se creía muerta y enterrada porque nadie la podía cobrar. Los bancos le dieron la espalda después de años intentando recuperarla y la vendieron súper barata a empresas que se dedican a perseguir a la banda para que pague, usando hasta tácticas pesadas, aunque legalmente no siempre estén obligados a cobrarla.

Por ejemplo: imagínate que hace años dejaste de pagar tu tarjeta y el banco decidió que ya cagaste y la vende junto con un chorro de deudas más. La empresa que la compra pagó solo una fracción de lo que valía originalmente y ahora quiere que le pagues TODO el dinero, aunque ya haya pasado el tiempo legal para que te lo puedan pedir. Y si no conoces bien tus derechos, al final terminan presionándote y tú pagando algo que ni debías. Es un rollo que muestra lo turbios que pueden ser algunos en el sistema financiero tradicional.

La banca tradicional está toda enredada con un montón de intermediarios y reglas raras que hacen que las cosas se manejen en secreto y de forma complicada. Eso es lo que permite que los créditos zombis vivan y revivan en la sombra. Pero, ¿qué hay de la onda de las finanzas descentralizadas o “DeFi”?

Pues DeFi es como la esperanza para que todo sea más transparente. Usa blockchain, que es como un súper registro público donde todos pueden ver cada movimiento y no hay quien pueda esconder cosas. Aquí ya no hay intermediarios; prestamistas y prestatarios hacen tratos directos con contratos inteligentes que funcionan solos y verifican que se cumplan las reglas. La idea es que no puedan vender o comprar deudas a escondidas, borrando esas trampas de siempre.

Pero ojo, tampoco hay que creernos que la tecnología va a arreglarlo todo de un jalón. No todo se puede programar fácil y los problemas financieros traen muchas complicaciones. Los contratos inteligentes pueden tener errores y fallas que afecten a un montón de gente al mismo tiempo. Y si no hay nadie que medie cuando hay broncas, pues se arma el desmadre. Además, en la vida real la gente se equivoca, cambia de ideas, o necesita arreglos que no pueden estar escritos como si fueran un código rígido.

Lo más chido sería ir mejorando el sistema actual, combinando lo bueno que ya existe con estas nuevas tecnologías, sin tirar todo a la basura de golpe. Quizá la chamba de verdad sea crear algo mixto: con la transparencia de blockchain, pero también con reglas y humanos que ayuden a resolver líos.

Un punto que casi nadie comenta es la privacidad. Si todo queda a la vista pública, ¿qué pasa con la vergüenza de tener una mala historia crediticia? En la banca tradicional, aunque sea un rollo, al menos tu info no está a la vista de todos. Pero si cada incumplimiento queda grabado para que cualquiera lo vea, la gente podría ser juzgada toda la vida por sus errores, sin chance de empezar de nuevo. Eso también puede ser una forma de control y acoso social disfrazada de transparencia.

Al final, las revoluciones totales que prometen un mundo perfecto casi siempre terminan en broncas peores. Desde siempre, la relación entre prestamistas y deudores ha sido compleja y para nada fácil. No esperes que un par de líneas de código mágicas solucionen todo de golpe. Lo que funciona es avanzar paso a paso, mezclando lo viejo con lo nuevo, para que la descentralización pueda ayudar sin meter todos en un lío de una vez.

Así que ya sabes, la tecnología tiene mucho potencial, pero también riesgos, y el camino seguro es ir con calma, jugando inteligente para no caer en falsas promesas ni en trampas peores.

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