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Los lanzamientos de tokens (TGE) cada vez se llevan más grillos, porque muchos fundadores de criptos aprovechan para salir corriendo, dejando redes blockchain que nadie usa de verdad.

Los proyectos empiezan con pocos tokens en circulación y un valor bien inflado, así que los que sí le echan ganas y creen en la idea casi no tienen chance de ganar algo chido a largo plazo. Gente del medio dice que aunque los volúmenes bajos y los creadores de mercado automatizados (AMM) mantienen el precio un rato, cuando los tokens bloqueados se liberan, la venta masiva tumba todo.

Algunos tokens suben como cohete al lanzarse por el hype y la falta de oferta, pero la mayoría baja poco a poco cuando más monedas se liberan.

“Es un ciclo sin fin,” dice Brian Huang, cofundador de Glider, a Cointelegraph. “Una red nueva pierde peso, la gente talentosa se va, y los que se quedan batallan con una blockchain que solo se mantiene viva gracias a los AMM y creadores de mercado.”

El TGE es para arrancar un proyecto blockchain, pero últimamente se está volviendo más bien el fin del juego.

En el último año, varios fundadores han sido criticados porque se rajaron y dejaron sus proyectos poco después de lanzar los tokens.

Jason Zhao, de Story Protocol, tomó distancia a tiempo completo unos seis meses después del lanzamiento. Aunque se dijo que coincidió con un periodo de bloqueo de tokens, la propia Story negó y aclaró que los colaboradores clave tienen un bloqueo de un año dentro de un calendario de cuatro años para liberar tokens.

“De hecho, el lanzamiento del token debería ser solo el comienzo del proyecto,” comenta Huang, cuestionando esas salidas tempranas.

Por otro lado, Mo Shaikh, fundador de Aptos, renunció hace poco, dos años después del lanzamiento. Igual, la gente criticó porque su salida fue justo después de un evento clave de desbloqueo de tokens.

Sterling Campbell, inversionista en Blockchain Capital, dice que algunos fundadores sí ven los lanzamientos de tokens como una forma de agarrar lana rápido, pero el problema es más grande que eso.

“No es culpa solo de personas malas, sino de un sistema que facilita que se rajen temprano,” dice.

Un estudio de Messari mostró que los tokens con más asignación a insiders (gente de adentro) tuvieron peor desempeño en 2024, mientras que los que pusieron más tokens en venta pública rindieron mejor.

¿Será que hay demasiadas blockchains?

Con el chorro de lanzamientos de tokens, ya se cuestiona si el mundo cripto necesita más cadenas. Muchos proyectos nuevos solo se crean para el TGE y después se olvidan de la red real.

Annabelle Huang, cofundadora de Altius Labs, dice que no hacen falta más blockchains genéricas como Ethereum o Solana, pero sí hay espacio para redes especializadas en casos concretos.

Hyperliquid, por ejemplo, se hizo popular no porque inventara otra cadena más, sino porque creó un exchange de derivados y luego su propia blockchain. Mientras tanto, muchas otras cadenas nuevas se lanzan sin una razón fuerte que las justifique.

“Hay más inversión llegando a proyectos con uso real como Hyperliquid, mientras muchas L1 y L2 nuevas están estancadas,” explica Brian Huang.

No queda claro por qué siguen llegando fondos a nuevas blockchains, cuando la mayoría ya compite en velocidad y capacidad. Los inversionistas prefieren redes ya establecidas, y ahora empresas grandes como Stripe y Robinhood empiezan a entrar al juego con bases de usuarios enormes.

Ellos normalizan las criptos para la gente común, pero también podrían acabar con el espíritu libre de las redes abiertas, alerta Campbell.

“Existe un riesgo real de que Robinhood use la red abierta que hemos construido en 10 años y se quede con todo el mercado,” dice.

Los calendarios de liberación y desbloqueos también afectan a los que apoyan de verdad a largo plazo.

Cuando un fundador se raja después del TGE, aunque sus tokens estén bloqueados y salgan poco a poco, la gente termina aguantando la presión de venta constante que eso genera.

Algunos comentan que esas reglas son públicas y los inversores deben saber en qué se meten.

Un informe de Binance Research dice que para 2030 se desbloquearán tokens por 155 mil millones de dólares, y si no hay suficiente demanda, eso va a mantener la presión de venta en el mercado.

Al final, los TGEs, que eran para juntar lana para crecer el proyecto, ahora funcionan más como una salida para los de adentro, mientras las blockchains pierden sus líderes y se quedan estancadas.

Si los proyectos no demuestran que sirven para algo chido de verdad, seguirán las valuaciones infladas, abandonos rápidos y redes caídas en el olvido.

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