¡Latinoamérica despierta! ¿Por qué la CEPAL sigue en modo avión ante el boom de la criptoeconomía? 🚀💸
Latinoamérica está en una de esas encrucijadas bien intensas. La CEPAL anda diciendo que el crecimiento económico aquí va a estar medio tranqui, pero mientras tanto, una onda nueva y medio rebelde está creciendo sin que muchos le pongan atención: la criptoeconomía. Este rollo de las criptomonedas no es solo un capricho tecnológico, sino una opción real para echar pa’lante en problemas que ya traemos de muchos años, como la inflación loca, la falta de acceso a servicios financieros y la dependencia de mercados que quedan lejos.
En varios países con economías patas para arriba, como Argentina y Venezuela, la banda ha agarrado de fuerte a Bitcoin y otros criptoactivos para cuidar lo poquito que tienen. Estas monedas digitales, que no dependen de bancos ni gobiernos, se han vuelto el lugar seguro para muchas personas que ven cómo su dinero se hace agua con la inflación. Pero ojo, el impacto de las criptos no nada más es para invertir; es mucho más que eso.
Por ejemplo, las remesas son un súper papel para la región porque muchos migrantes mandan lana a sus familias. Los envíos tradicionales son lentos y cobran unas comisiones que ni te cuento. Las criptomonedas entran como héroes, haciendo que el dinero llegue casi al tiro y sin que descuenten tanto. Eso significa que las familias reciben más dinero para gastar o invertir en sus cosas, lo que impulsa la economía local.
Otro punto clave es la inclusión financiera, que aquí sigue siendo difícil. Muchos todavía no tienen ni una cuenta bancaria decente, lo que limita un montón. Con la blockchain, cualquier persona con un celular y acceso a internet puede ser su propio banco. Ya hay plataformas para prestar, guardar y hasta asegurar dinero sin vueltas burocráticas ni tener que andar con papeles complicados. Esto abre la puerta para que más gente pueda participar sin esos rollos que ponen los bancos.
Entonces, ¿por qué la CEPAL y otros organismos parecen hacerse de la vista gorda con todo esto? Pues porque es difícil medir bien lo que pasa con la criptoeconomía. No se ve en los reportes bancarios normales ni en los balances que ya conocen. Es como si este mundo crypto fuera un universo paralelo difícil de atrapar con las herramientas viejas. Pero eso no debería ser motivo para ignorarla, porque se está haciendo más grande y fuerte cada día.
Claro, no todo es miel sobre hojuelas. El uso de criptos todavía puede ser pequeño en comparación con toda la economía de la región y además hay mucha bronca con estafas, proyectos que se desinflan y mucha confusión. Por eso la CEPAL prefiere ser cuidadosa, esperando a que el mercado madure y haya datos más confiables para no aventurarse con medias verdades.
Pero eso no quita que la criptoeconomía está cambiando las cosas. Las ICOs y el crowdfunding en blockchain están ayudando a que emprendedores y pequeñas empresas consigan lana sin tener que pasar por los bancos, que muchas veces son barra para la banda que quiere empezar algo. Así, un chavo en Colombia puede recibir inversión de un cuate en México sin que sea un rollo monumental.
Este chisme de si la criptoeconomía es muy chiquita para contarla, es más un tema de cómo se mide y de que las instituciones están acostumbradas a ver lo mismo de siempre. Pero aquí la onda es nueva y se necesita armarse de nuevas formas para entenderla en serio.
En estos tiempos locos donde todo anda incierto, la criptoeconomía trae soluciones de aquí para allá y pone a Latinoamérica como un terreno para la innovación. Mientras los organismos oficiales siguen pegados al pasado, un nuevo tipo de economía descentralizada está creciendo acá. El reto para la CEPAL y los que mandan es no solo aceptar esto, sino entenderlo bien para poder guiarlo de modo responsable. El futuro de la región puede depender mucho de qué tanto se animen a mirar más allá de los números viejitos.
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