¿Las ‘stablecoins’ vienen a robarle el trono al eurodólar? ¡Descúbrelo aquí!

El mundo de la lana tradicional y el rollo de las criptomonedas, que a veces parecen como de dos galaxias distintas, ya se están juntando. Y la clave de este encuentro son las stablecoins, que son como un puente bien chido: tienen la estabilidad del dinero de siempre —como el dólar o el peso— pero usan la tecnología blockchain, que es toda una revolución digital. Un informe reciente dice que estas monedas podrían crecer tanto que hasta superen al famoso mercado del eurodólar, que es una pieza clave en la economía mundial. Pero, ¿qué es el eurodólar y por qué es tan importante? Pues vamos a darle.

Aunque su nombre suene como una mezcla de euro con dólar, el eurodólar no es una moneda, sino dinero en dólares que está guardado en bancos que no están en Estados Unidos, mayormente en Europa. Esto surgió durante la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética tenía miedo de que sus billetes en dólares en bancos gringos se congelaran, entonces los movieron a bancos europeos y desde ahí el mercado se hizo gigante.

El eurodólar es como un mercado donde los bancos se prestan dólares entre ellos fuera de las reglas del gobierno de Estados Unidos, y los intereses que se cobran ahí son súper importantes para toda la economía mundial. Este sistema es enorme, a veces más grande que todo el dinero que hay en Estados Unidos, pero la neta es que es medio oscuro, nadie sabe bien qué hay detrás, aunque sin él no se movería tanto el comercio mundial.

Ahora, al lado de toda esa onda complicada y medio secreta del eurodólar, las stablecoins son la opción más clara y fácil de entender. Son criptomonedas que están diseñadas para no perder valor y generalmente están ancladas a monedas de verdad, como el dólar. Eso las hace diferentes de Bitcoin o Ethereum, que están bien volátiles y suben y bajan como montaña rusa.

Hay varios tipos de stablecoins: las más comunes están respaldadas con billetes o bonos guardados en una caja fuerte digital; por cada stablecoin que circula, hay un dólar o activo real que lo respalda, lo que da seguridad. Otras son estables gracias a algoritmos que regulan su valor con trucos de oferta y demanda, pero esas a veces se salen de control.

¿Por qué están tan de moda las stablecoins? Pues porque son rapidísimas para hacer transacciones, no pierden valor, y cuestan menos que los bancos para mandar lana a otras partes del mundo. Para los que meten billete en cripto, son como un refugio seguro cuando todo está bien loco y los precios de otras monedas se desploman; así pueden quedarse en el ecosistema sin salir corriendo.

Pero ojo, que aunque suenan a la solución perfecta, las stablecoins tienen broncas, sobre todo con los gobiernos y bancos centrales. Ellos están bien pendientes porque si no se manejan con transparencia, podrían hacer un desmadre en la economía global. La confianza en estas monedas está en que realmente tengan detrás el dinero que prometen y que todo se audite bien, porque ya ha habido rollos con algunas que se cayeron porque no eran tan estables como decían.

Los reguladores quieren que las empresas que sacan stablecoins sigan reglas estrictas para evitar que se use el dinero para cosas raras, como lavado de dinero o financiamiento de terrorismo. La cosa no es fácil porque hay que balancear la innovación tech con la protección de la banda que usa este dinero.

Volviendo a la predicción loca de que las stablecoins podrían superar al eurodólar, pues está pa’ pensarse. Las stablecoins prometen ser la versión moderna, clara y rápida de un sistema que es complicado y cerrado. Pero ojo, no funcionan solas: necesitan confiar en el sistema financiero tradicional al que están pegadas. No van a mandar al eurodólar al basurero, más bien pueden ser como una versión digital que lo complementa y lo hace más chido.

Así que, en vez de pelearse, el futuro podría ser que el eurodólar y las stablecoins trabajen juntitos, cada uno a su ritmo. Mientras que el primero sigue moviendo millones y trillones en deudas enormes, las stablecoins pueden facilitar las transas rápidas y chiquitas, o esas cosas novedosas que solo se pueden hacer con contratos inteligentes.

Mientras el eurodólar es como ese club cerrado de bancos grandes, las stablecoins están abiertas para cualquiera con internet, lo que abre la puerta a que más gente pueda meter y sacar dinero al instante, sin tanto rollo. Eso podría cambiar las reglas del juego y hacer que el dinero se mueva más chido por todo el mundo.

Claro que hace falta regulación para que esto no se vuelva un caos, pero con reglas bien pensadas, las stablecoins pueden ser una herramienta mundial que jale parejo con la tecnología y la seguridad. Al final, lo más chido no va a ser que uno desaparezca por completo, sino que se mezclen para hacer el dinero más rápido, transparente y accesible.

Así, en un futuro no tan lejano, podríamos ver un mundo donde ambos sistemas se apoyen: el eurodólar para los megatratos y las stablecoins para las transacciones rápidas y programables. La verdadera revolución es que ambos funcionen juntos, combinando lo mejor de los bancos con la onda digital. ¡Ahí sí que la banca tradicional y la cripto van a hacer fiesta!

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