¡Hyperbeat acaba de conseguir 5.2 millones de dólares gracias a ether.Fi y Electric Capital! ¿El secreto de su éxito?

¡Hyperbeat acaba de conseguir 5.2 millones de dólares gracias a ether.Fi y Electric Capital! ¿El secreto de su éxito?

Opinión de: Zachary Kelman

No, la Ley GENIUS no elimina el control del gobierno sobre el dinero. No hace que Bitcoin esté libre de impuestos. Tampoco legaliza las finanzas descentralizadas (DeFi). Y para nada es un plan secreto para meter una moneda digital del banco central (CBDC) tipo apocalíptico, sobre todo porque incluye reglas en contra de eso. No hace nada de eso.

Lo que sí hace esta ley —y por eso deberíamos estar emocionados— es romper el control que por décadas han tenido unos pocos bancos poderosos y autoridades sobre cómo se mueve el dólar en el mundo. Ya no solo ellos deciden quién tiene acceso a dólares “limpios” ni pueden vigilar qué haces con tu dinero para asegurarse de que estás jugando con sus reglas en Washington o Wall Street. Ahora es mucho más difícil que eso siga pasando.

La Ley GENIUS es la primera brecha real en un sistema que se estaba volviendo bien autoritario en todo lo financiero. Aprovecha el auge de las stablecoins para darle un giro al sistema financiero gringo —que antes era pura vigilancia— hacia algo más libre y que permita a más gente tener acceso al dólar, que sigue siendo la moneda más estable del planeta.

Aunque los que están bien clavados en el mundo cripto quieran que esta ley solucione todos los problemas mágicamente, para entenderla hay que ver toda la historia de las criptomonedas y la banca, no solo dejarse llevar por las broncas que se ven en redes sociales.

El sueño cripto

Cuando dejé el mundo tradicional de las finanzas para meterme en las criptomonedas hace más de diez años, tenía un sueño y una pesadilla cripto. El sueño era que Bitcoin y las criptos en general se volvieran una opción real y chida para que más personas pudieran usar dinero, especialmente quienes no tenían acceso fácil a él. Que fueran como un servicio público que ayudara a crecer y mejorar vidas. Para que eso pasara, Bitcoin debía mantenerse libre y descentralizado. Eso quería decir cero manos sucias de reguladores y bancos tratando de controlarlo para que todo siguiera igual.

Si ese sueño se hacía realidad, cualquiera podría comerciar con quien quisiera usando un dinero que conservara su valor y sin que nadie decidiera cómo o con quién debía usarse.

La pesadilla cripto

Pero también estaba la pesadilla. Que Bitcoin y las blockchains se usaran para acabar con el lavado de dinero pero, a la vez, terminaran matando la libertad financiera. Eso es lo que Larry Fink, el jefe de BlackRock —que antes le tiraba a Bitcoin y ahora está metido en cosas cripto— imaginó en 2017: una “moneda digital global” donde todo estuviera súper controlado y vigilado, y fuera imposible lavar dinero.

A muchos les puede sonar exagerado, pero no es teoría loca. En Estados Unidos, desde la Ley de Secreto Bancario en 1973 hasta la Ley USA PATRIOT, el gobierno ha ido fortaleciendo el sistema para que los bancos vigilen y controlen todo lo que hacen sus clientes. Se puso intenso en la era Obama con la Operación Chokepoint, donde presionaron a los bancos para que le cerraran la puerta a negocios legales pero “no bien vistos” políticamente, como casas de empeño, prestamistas de día de pago, sitios para adultos y vendedores de monedas.

Cabildeo cripto

Ya Pirate Wires documentó súper bien cómo la industria cripto estuvo en la mira bajo esta “Chokepoint 2.0” (como cuando Brian Armstrong, CEO de Coinbase, comentó que Warren y Gensler intentaron matar la industria ilegalmente), así que no hace falta volver a contar toda esa historia. Por suerte, esa etapa duró menos de lo planeado. El cabildeo cripto se puso las pilas, los jueces le pegaron a Gensler, quien presidía la Comisión de Valores, y se aprobó un ETF de Bitcoin. Lo más importante: las stablecoins en dólares crecieron justo cuando el dólar enfrentaba su mayor desafío en décadas, y el gobierno gringo empezó a dar señales de ceder. Ganaron los que querían pensar con cabeza fría.

China y los países del BRICS iban en una ofensiva para dejar de usar el dólar, pero las stablecoins las frenaron. China y Rusia tuvieron que retirarse de las criptos y se pusieron a hacer sus propias criptomonedas estatales para competir. Mientras tanto, la deuda y el gasto habían aumentado un montón, pero las criptomonedas seguían su camino, moviendo dólares por todo el mundo.

Luego llegó la sanción contra Rusia por la guerra en Ucrania en 2022, y eso sacudió todo. Fue como cuando te das cuenta de que “el rey está desnudo”: el poder financiero de Estados Unidos mostró sus límites y la gente entendió que ya no es tan fácil controlar todo con el dólar.

Un golpe al imperialismo financiero

La Ley GENIUS fue un golpe duro al control total que los bancos gringos tenían sobre cómo se mueve el dólar a nivel global, dejando que las stablecoins empiecen a tomar ese lugar. Cuando la senadora Elizabeth Warren propuso que los emisores de stablecoins vigilaran todas las transacciones —algo más estricto que la Ley PATRIOT— su compañera, la senadora Kirstin Gillibrand, se puso intensa y dijo que eso iba a matar la industria antes de despegar. Ella dejó claro que su prioridad no era la vigilancia, sino proteger el dólar.

Quizás no fue un acto de amor por la libertad financiera, sino más bien una señal de que el imperio entendió sus límites y aceptó que las sanciones y bloqueos ya no tienen tanto peso. No es el sueño cripto hecho realidad, pero tal vez sí marca el fin de la pesadilla, a menos que cambien mucho la política y que Larry Fink, que ahora tiene las “llaves”, decida darle un giro.

Por ahora, lo que tenemos es más acceso a dólares y más acceso a las criptomonedas.

Al menos hasta las próximas elecciones.


Opinión de Zachary Kelman.
Este artículo es solo para informar y no es consejo legal ni de inversión. Las ideas aquí expresadas son del autor y no representan necesariamente a Cointelegraph.

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