¡Descubre las 3 razones imparables por las que JPMorgan predice que el S&P 500 va a subir como la espuma!
JPMorgan sigue bien puesto para las acciones de EU, aunque algunos se andan preocupando porque la economía ya está chorreando por los tarifas del presidente Donald Trump.
Este gigante de la banca de inversión pronostica que el índice S&P 500, la referencia en Wall Street, va a dar un retorno en “dígitos altos” en el próximo año, gracias a tres motivos bien cañones.
Primero, los mercados no se andan con cuentos por las señales de que la economía puede estar bajando la velocidad. En lugar de eso, los traders le apuestan a que las empresas siguen sacando buena lana y que la economía se va a reponer.
Desde que Trump lanzó el primer golpe de tarifas el 2 de abril, los expertos bajaron las expectativas de crecimiento de EU de 2.3% a 1.5% para todo el año. Pero el S&P 500 ya subió más del 28% en cuatro meses. Aunque las noticias económicas muestran que el mercado laboral, el consumo y la industria están medio flojitos, las acciones se mantienen firmes.
Aunque los analistas macroeconómicos están sacando la voz de alerta, las ganancias de las empresas están desafiando ese panorama a corto plazo, y esta es la segunda razón por la que JPMorgan está echando flores al mercado.
Más del 80% de las compañías del S&P 500 reportaron sus resultados del segundo trimestre, y el 82% sacó mejores ganancias de las esperadas, con el 79% teniendo ingresos mejores a lo pronosticado — el mejor desempeño desde mediados de 2021.
¿Los ganones y los perdedores?
Según JPMorgan, al principio los analistas decían que las ganancias crecerían menos del 5%, pero ahora el índice va para un crecimiento del 11%. Eso le sigue dando fuerza a la racha buena de las acciones.
“El pronóstico de ganancias para este año y el siguiente ya está subiendo,” dijeron los panas de JPMorgan. Además, el mercado se está dando cuenta cuáles empresas están cargando con los golpes de las tarifas de Trump. Por ahora, las mega corporaciones van de pelos, lo que puede ponerle más pilas al ánimo del mercado.
Las empresas que están al tiro con el consumidor y las más chicas, que no tienen poder para negociar y andan con cadenas de producción rígidas, están viendo sus ganancias estancadas.
Y la última razón, la más chida: las tarifas de Trump son más ruido que otra cosa para las grandes firmas, que están sacando provecho, consiguiendo exenciones y hasta volteando el juego a su favor para impulsar la manufactura.
Un ejemplo: Trump dijo que los semiconductores importados se iban a cobrar con un 100% de tarifa a menos que las empresas movieran la producción a EU. Pero, por otro lado, productos de Apple quedaron exentos de las últimas tarifas sobre mercancía de India. Apple también anunció que va a meter $100 mil millones más en manufactura en EU. Las acciones subieron casi 9% esta semana. Las tarifas no están jugando solas.
Además, estas grandes empresas se rifan con la ley del “One Big Beautiful Act” (OBBA), que les permite deducciones rápidas para compras de equipo y gastos en investigación en EU. Eso podría hacer que algunas tengan hasta 30% más flujo de efectivo, lo que las puede animar a invertir más.
JPMorgan seguirá apostándole a las acciones chidas de empresas grandes, sobre todo las de tecnología, finanzas y servicios públicos, porque creen que son las que mejor pueden navegar este cambio en la economía.
¿Qué hay con las criptos?
Las buenas noticias para las acciones también pueden ser buenas para las criptos, porque suelen ir de la mano. Y el mercado digital está prendido, sobre todo porque el gobierno de Trump puso gente pro-cripto en posiciones importantes de regulación.
Recientemente, la SEC dijo que el “liquid staking”, bajo ciertas condiciones, no está bajo las leyes de valores. Eso ha encendido la esperanza de que pronto aprueben ETFs de ether con staking.
Ether subió más del 13% y ya pasó los $4,200 dólares, hasta niveles que no veía desde 2021. El mes pasado pegó casi un 50%, según datos de CoinDesk.
Así la ven, banda, con todo esto las cosas en bolsa y cripto parecen estar en modo fiesta, aunque con ojo para lo que venga.
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