¡Chainlink (LINK) se dispara un 12% y rompe todos los récords en 2025!

En el mundo financiero, la cosa se puso de a grapa. Esta semana los mercados no solo se movieron, parecían una fiesta con toda la banda. ¿La causa? Un discursazo de Jerome Powell, el jefe de la Reserva Federal de EU, que salió con un tono muuuy distinto al que todos esperaban. Estuvo súper chill, más relajado, lo que los que saben del rollo llaman “dovish”. Eso prendió la mecha para que la bolsa se pusiera a volar, dejando a varios con cara de “¿qué pedo?”.
Lo que Powell dejó caer es algo bien fuerte: dijo que la Fed va a empezar a bajar las tasas de interés aunque la inflación no esté completamente domada. Eso cambia todo el juego, porque durante meses han estado bien duros para controlar los precios, como si anduvieran de halcones cazando inflación. Pero ahora el mercado laboral ya está dando señales de cansancio y ellos quieren cuidar que no se les desplome el empleo.
Powell fue claro, la Fed está en un delicado equilibrio entre apretar para bajar la inflación y no matar los trabajos. El mercado lo entendió al toque: todos apuestan a que en septiembre habrá un recorte de 0.25 puntos en las tasas. ¿Será verdad? Pues ya se verá.
La reacción no se hizo esperar: el Dow Jones se puso en modo récord, el S&P 500 pegó un salto gigante, y el Nasdaq 100 (donde están Apple, Microsoft y Nvidia) también rugió duro. Hasta las empresas chiquitas se entusiasmaron, porque ellas son las más sensibles a estos cambios. Y los bancos, que no se quisieron quedar atrás, también subieron.
Mientras todas estas acciones subían, los bonos del Tesoro subieron también, lo que significa que sus rendimientos bajaron. Esto es una señal clarísima de que los inversionistas piensan que pronto tendremos dinero más barato para pedir prestado.
El efecto Powell se sintió en todo el mundo financiero. El dólar se debilitó, bajó su valor, algo lógico cuando se espera recortes en las tasas. Un dólar débil ayuda a las exportaciones y hace que otras monedas y activos se vuelvan más atractivos.
Y como si estuvieran conectados por un hilo mágico con la Fed, las criptomonedas se dispararon. Ether alcanzó un récord histórico que no veía desde hace casi cuatro años, rompiendo todos los récords del ciclo anterior. Bitcoin y el resto del mercado cripto no se quedaron atrás y también subieron.
Esto nos muestra que cada vez hay más conexión entre las decisiones de los bancos centrales y cómo se comportan las criptos. Con el dinero más barato por delante, los inversionistas vuelven a querer arriesgar. Con los bonos cayendo y las bolsas al alza, Bitcoin y Ethereum se ven como una buena apuesta otra vez. El reloj del mercado se volvió a poner en marcha. Ahora, solo falta ver si esta racha aguanta.
Pero bueno, vamos a lo que está en boca de todos esta semana según Cointelegraph en Español. Aquí no venimos con resúmenes, sino con opinión y reflexión crítica para quienes no se conforman con lo de siempre.
Primero, México será la sede de la Stablecoin Conference 2025. Esto está bien chido porque nos pone en el mapa global de las monedas digitales. Mientras en otros lados andan discutiendo cómo regular el rollo, aquí ya nos estamos rifando con la innovación en criptomonedas, especialmente en stablecoins, que están creciendo brutal.
Por otro lado, un legislador en Nueva York quiere ponerle impuestos a las ventas y transferencias de criptomonedas. Ahí sí hay bronca porque aunque podría darle “formalidad” al mercado cripto, también va contra la esencia descentralizada y sin muchas trabas que tienen las criptos. Esto podría espantar a los inversionistas y hacer que se vayan a estados con reglas más buenas para ellos.
También hay un boom en los ETF de Ether, que están rompiendo récords, y productos cripto que mantuvieron entradas por 3,750 millones de dólares. Esto es algo claro: cada vez más las instituciones grandes ven a Ether no solo como otra cripto, sino como la base para el futuro del mundo financiero.
Un dato curioso: hay quienes dicen que Bitcoin no subirá hasta que Donald Trump nombre al nuevo presidente de la Reserva Federal. Eso es heavy porque ata a Bitcoin a la política tradicional, algo que va en contra de la idea de que sea una moneda descentralizada y sin ataduras. Pero bueno, parece que hasta las criptos sienten el poder político.
Y finalmente, Bitcoin llegó a caer casi a 112 mil dólares mientras todos esperaban qué diría Powell. Eso muestra que aunque Bitcoin quiso ser la alternativa sin control estatal, su precio se mueve mucho con lo que hacen los bancos centrales. Está medio paradójico porque la cripto quiere ser refugio contra la inflación, pero a corto plazo se porta como cualquier otro activo frente a noticias económicas.
Ojo: lo que aquí les cuento es opinión y no es consejo para que inviertan sin pensar. Todo movimiento en estos mundos trae riesgos, así que pilas antes de echar tus billetes.
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