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Esta semana varios chavos que usan criptomonedas la pasaron mal y perdieron más de 1.6 millones de dólares por caer en trucos bien sucios de estafadores que usan algo llamado “envenenamiento de direcciones”. Sí, así como suena, les metieron gato por liebre y les robaron más lana que en todo marzo.

El viernes, un compa perdió 140 Ether (ETH), que eran como 636,500 dólares, nomás por copiar y pegar una dirección errónea que ya estaba contaminada en su historial de transferencias. Los vatos de ScamSniffer, que se dedican a cazar estafas, dijeron que este chavo cayó porque su historial estaba lleno de esos ataques. Era solo cuestión de tiempo para que le dieran el trompazo.

Otro chavo se llevó el peor golpe el domingo: perdió 880,000 dólares por el mismo truco. Y no fue el único; hay reportes de otros con pérdidas de 80,000 y 62,000 dólares. En total, desde que empezó la semana andan chorreando más de 1.6 millones por estas estafas, más que lo que se perdió en todo marzo.

¿Y qué onda con este “envenenamiento de direcciones”? Es una movida donde los estafadores mandan pequeñísimas transferencias desde direcciones que parecen legítimas, pero no lo son. Así, cuando tú agarras para copiar la dirección y pegarla en tu próxima transacción, estás copiando la falsa, y pum: ¡se van con tu lana!

Los expertos de Web3 Antivirus lo explican así: los malos mandan estas mini transferencias desde direcciones parecidas para que cuando veas el historial, pienses que es la buena. Pero en realidad estás mandando tu dinero al estafador sin darte cuenta.

Y eso no es todo: aparte de este robo, esta semana se perdieron otros 600,000 dólares por gente que firmó documentos maliciosos de phishing con nombres raros como “approve”, “increaseAllowance” y “permit”. Este rollo pasa cuando alguien te hace firmar algo que aparentemente está bien, pero en realidad les das permiso para vaciarte el monedero.

El martes, por ejemplo, un usuario perdió 165,000 dólares en tokens BLOCK y DOLO por caer en estas firmas falsas.

Lo que todos repiten es algo bien básico pero que muchos olvidan: siempre es mejor usar una libreta de direcciones o una lista blanca, y revisar la dirección completa antes de mandar cualquier varo. No sea que acabes enviando tu dinero directo a la casa del lobo.

Así que, ya sabes, ponte pilas y no te dejes agarrar en sus trampas. ¡No le regales tu lana a los ratas!