¡Alerta perruna! Dogecoin se dispara un 8% gracias a una ballena que viene con todo, ¿explosión alcista a la vista?

Roman Storm, uno de los cerebros detrás de Tornado Cash, acaba de recibir una condena que tiene a todos en la comunidad crypto con el ojo cuadrado. La bronca es que esta sentencia podría ponerle un gran pero a la privacidad y a los desarrolladores que hacen código abierto.

El pleito empezó porque lo declararon culpable de manejar un negocio de envío de dinero sin permiso oficial (sí, algo ilegal). Esta movida puede significar hasta cinco años tras las rejas. Aunque el jurado no se puso de acuerdo en otros cargos como lavado de dinero, los fiscales podrían intentarlo de nuevo. Y para ponerlo en contexto, otros peces gordos como Sam Bankman-Fried, el ex de FTX, ya han sido sentenciados en el mismo distrito, y no la libraron.

Tornado Cash, para quienes no lo cachan, es una herramienta blockchain que mezcla criptos para esconder de dónde vienen los billetes digitales. Nació en 2019 y desde entonces ha estado bajo la lupa de las autoridades, especialmente en Estados Unidos, porque sospechan que se usa para lavar lana sucia. Uno de los fundadores, Alexey Pertsev, está detenido en Holanda, otro, Storm, ya fue arrestado en USA, y Roman Semenov anda libre pero con la ley pisándole los talones.

Los seguidores de Tornado Cash y varios expertos dicen que no es justo que se culpe a los creadores por lo que hagan los usuarios. Pero el gobierno estadounidense piensa lo contrario: que los desarrolladores tenían que poner reglas para evitar cosas feas, como lavado de dinero.

La jueza encargada negó que se cierre el caso y dijo que Tornado Cash sí es un “transmisor de dinero” legalmente, así que debieron seguir los mismos controles que otros negocios parecidos.

Este caso está haciendo ruido fuerte en la comunidad crypto, que valora mucho su privacidad. Algunos grupos como la Blockchain Association están alzando la voz diciendo que esto podría frenar la innovación y hacer que todos los desarrolladores tengan miedo de crear cosas nuevas por si los meten en líos legales por lo que haga otra gente con su software.

Por ejemplo, este grupo dice que Storm solo creó el software, pero nunca tuvo control sobre las criptos que pasaban por Tornado Cash, y que condenarlo así sería como culpar a los programadores de navegadores o apps de chat solo porque alguien las usa para hacer cosas malas.

Además, otro grupo, el Solana Policy Institute, dice que esta sentencia muestra que los jueces no entienden bien cómo funcionan las tecnologías descentralizadas, y que eso puede ser un problema muy serio para el futuro.

Pero no todo está perdido. Hay abogados y expertos que ven esto como una oportunidad para que la industria hable fuerte y exija claridad en las leyes. Algunos están empujando para que el Congreso apruebe una ley llamada CLARITY, que ayudaría a definir qué es lo que sí y lo que no está permitido en el mundo DeFi (finanzas descentralizadas).

Además, el Crypto Council for Innovation y la Blockchain Association están pidiendo que se apele la condena porque creen que esto podría afectar a todos los desarrolladores que trabajan en código abierto.

Storm, por ahora, no ha dicho nada públicamente después de la condena. Todavía no se sabe si va a apelar y cuándo será su sentencia definitiva.

Mientras tanto, la comunidad crypto no se quedó cruzada de brazos. Un día después del veredicto, la Ethereum Foundation dijo que va a juntar medio millón de dólares para ayudar con los gastos legales de Storm, porque para ellos “escribir código no es un crimen” y la privacidad es algo que debemos cuidar siempre.

En resumen, el caso de Roman Storm es mucho más que un pleito legal; es un parteaguas para la privacidad, la libertad tecnológica y el futuro de la criptomoneda en México y el mundo. Y aquí estaremos al pendiente para ver cómo sigue esta historia.

Artículos relacionados

Respuestas