¡La tokenomics está hecha un desastre y solo TU aporte puede salvarla! 🚀🔥
Por: Naman Kabra, cofundador y CEO de NodeOps
Por mucho tiempo, el staking fue la joya del mundo cripto. Metías tus tokens, ayudabas a mantener la red chida y te llevabas recompensas sin broncas ni rollos. Pero algo cambió. De pronto, hacer staking dejó de ser por ayudar de verdad y se volvió solo cuestión de quién tenía más lana. Las recompensas subieron como la espuma, se soltaron un montón de tokens nuevos y la economía de las criptos empezó a pensar en lo rápido, no en lo duradero.
Se nos olvidaron las preguntas que importan: ¿Qué tanto estamos premiando de verdad? ¿Qué se está haciendo? ¿Y qué pasa cuando ya no hay más rewards?
Hemos visto cómo los DeFi prometen ganancias de miedo. Las nuevas redes llenan el mercado con premios para que la gente las use. Pero siempre es igual: gana quien mete más dinero, no quien jala parejo. Y pues, eso funciona hasta que se para la fiesta. El dinero puede animar el show, pero no mantiene el ecosistema vivo. Eso solo pasa con trabajo real, sin eso, lo que armas es puro castillo de naipes.
Cuando solo poner dinero ya no basta
La idea es fácil de vender: si tapas tokens, estás “comprometido” y si haces staking “aseguras” la red. Pero solo eso no dice nada. No sabemos quién está trabajando duro, quién está trayendo gente nueva o quién está creando cosas chidas. El dinero es pasivo; las redes necesitan acción.
El problema con algunas redes es que solo sacan valor, no crean. Los primeros reciben recompensas con el dinero de los que entran después. No hay trabajo real detrás. Y cuando llega menos gente, se cae todo.
Hay otro camino; nomás falta construirlo.
Pensando diferente los incentivos
¿Y si en vez de hacer staking de lana hacemos staking de esfuerzo? ¿Si los tokens se dieran según lo que de verdad haces, no por la cantidad que tienes?
Esa es la idea de la tokenomics basada en rendimiento. Los que trabajan de verdad —mantienen la red encendida, procesan operaciones, traen usuarios o desarrolladores— reciben su premio directo. No es repartir tokens al azar, es premiar el crecimiento y lo que sirve.
Esto ya pasa en redes físicas descentralizadas (DePIN). Los que operan no ganan por tener tokens guardados, sino por cumplir con horarios, confiabilidad y entregar la infraestructura. Así, el modelo aguanta más porque premia lo que de verdad cuenta, no solo el dinero que está dormido.
La meta es dejar atrás los esquemas de staking falso y las emisiones que no se sostienen. Aquí la cosa es que se pague por métricas concretas: tiempo online, rapidez, confiabilidad. La fórmula es simple: paga por lo que haces, no por lo que tienes.
Este modelo es más real y creíble. Hace que los ecosistemas crezcan porque las recompensas se ganan y no se inventan, y el dinero va a los que realmente producen, no a los que solo especulan.
Un estudio de 2023 de Messari lo confirma: los protocolos que se basan en repartir tokens inflados como OlympusDAO o SushiSwap se desploman cuando paran las recompensas. Pero los que pagan por utilidad real, como Aave con sus préstamos o Lido con los validadores, tienen usuarios más fieles. La neta, cuando los premios no tienen relación con lo que se hace, la gente se va en cuanto se acaban.
Tokenomics 2.0: donde importa el valor real
La mayoría de los errores en tokenomics son por diseño mal hecho. Se enfocan en la moda del momento y no en que la red aguante a largo, y tratan las emisiones como ganancias rápidas, prometiendo más de lo que pueden dar.
La solución no es tirar más tokens, es hacer que estén ligados a resultados: infraestructura que funciona, computo hecho, apps lanzadas y problemas resueltos. En Web2 miden con KPIs, en Web3 debería ser igual pero con tokens.
No necesitamos más paneles que solo muestren quién tiene más tokens guardados. Queremos marcadores que indiquen quién está trabajando y mejorando la red. En la nueva era Web3 los tokens no deben estar echados a la flojera en la wallet, deben moverse con la creación de valor. Los validadores que cumplen, los operadores que dan su hora, los devs que sacan producto y la gente que impulsa la comunidad son los que deben ganar y ser reconocidos.
Esto es pasar del capital pasivo a la contribución activa. Dejar de inflar cifras para medir resultados reales: uptime, rendimiento, participación y entrega. Cuando los incentivos van con el trabajo y no solo con la lana, los ecosistemas no solo crecen, sino que se ponen chidos.
El futuro de las economías de tokens es dinámico, responsable y conectado. Y los que diseñen su red con eso en mente serán los que sobrevivan cuando el hype se vaya y las emisiones se acaben.
Por: Naman Kabra, cofundador y CEO de NodeOps
Este texto es solo para informar y no es consejo legal ni de inversión. Lo que aquí se dice es solo opinión del autor y no refleja necesariamente la de Cointelegraph.
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