¿La interfaz cerebral y Coinbase un dúo imparable? ¡Descubre si esta conexión será la bomba! 🚀🧠💰

La neurotecnología y las criptomonedas han ido creciendo al mismo paso, pero hace no mucho parecían mundos que nunca se iban a juntar, como algo sacado de película de ciencia ficción. Pero ah mira, Fred Ehrsam, el mero mero cofundador de Coinbase, anda apostando por las interfaces cerebro-computadora (que en suena raro pero es básicamente conectar tu mente directo con una compu). Esto nos pone a pensar en todo lo que se podría venir sobre cómo usamos la tecnología y el dinero digital. La pregunta es: ¿será que estas dos cosas pueden funcionar bien juntas?

Coinbase es una de las plataformas más grandes pa’ comprar y vender criptomonedas y ha hecho que más gente pueda entrar a este mundo digital. Por otro lado, las interfaces cerebro-computadora son tecnología súper avanzada que busca que controlemos cosas solo con el pensamiento. Desde controlar prótesis hasta usar la compu sin manos ni mouse, hay banda de aplicaciones bien locas y prometedoras.

Lo que hace Ehrsam metiéndose en este rollo no es un hobby de rico aburrido, podría ser que ve algo más grande, una oportunidad para juntar estos dos mundos que nada más no parecían cruzarse. Pero, ¿qué podría salir de ese combo?

Primero, pongámonos a pensar en la experiencia para el usuario. Ahora para usar criptos tienes que hacer un chorro de cosas, meter contraseñas, verificar, entrar a apps, etcétera. Si con solo pensarlo pudieras hacer una transferencia o manejar tu dinero digital, todo sería mucho más rápido y sencillo. Imagínate confirmar un pago con un parpadeo, ¡una locura!

Pero no solo es comodidad, también está la seguridad. En el mundo cripto la seguridad es algo que no se toma a la ligera porque hay muchas estafas y hackeos. Las llaves privadas son súper importantes y también muy vulnerables. Si con una interfaz que lea tu actividad cerebral se pudiera hacer una autenticación única y ultrasegura, estaríamos hablando de otro nivel de protección. Tu cerebro sería la clave maestra de tu dinero digital. Sin contraseñas complicadas ni dispositivos extras.

Pero ojo, no todo es miel sobre hojuelas. Las criptomonedas se basan en la privacidad, en la libertad y en que nadie controle todo, que todos tengan poder. En cambio, estas interfaces que leen el cerebro pueden traer broncas sobre quién tiene acceso a esa información tan intima. ¿Qué onda si una empresa empieza a saber todo lo que pasa por tu cabeza? Eso suena medio contradictorio con la idea original del cripto.

Las preguntas de ética y privacidad vuelan. Si tu mente puede ser usada para hacer transacciones, ¿qué pasaría si también se usa para saber qué piensas con fines publicitarios? ¿Y si llegan a manipular tus pensamientos? Demasiado heavy.

Además, la idea de “identidad digital” cambiaría un buen. ¿Tu mente sería como tu cartera cripto? ¿Quién tendría el control sobre tus datos cerebrales? La línea entre quién eres y cuánto vales en el mundo digital se vuelve borrosa, algo que parece sacado de una novela futurista.

Claro, siempre hay que ser cauto con las tecnologías nuevas. Muchas prometen revolucionar el mundo y luego se quedan a medias o traen problemas inesperados. La neurotecnología es un campo complicado y el cerebro humano sigue siendo un misterio. Meter todo esto con las criptomonedas va a pedir mucho desarrollo, tanto tecnológico como científico.

Aunque la idea pinta bastante chida, no hay que dejar de lado los retos. La mezcla de interfaces cerebro-computadora con cripto puede ser fascinante, pero también podría chocar con los principios básicos del movimiento cripto, que es la libertad y el control en manos de todos, no en uno solo.

Si al final estas interfaces se vuelven la forma principal de usar tu dinero digital y están en manos de pocas empresas, ¿no estaríamos cambiando un intermediario por otro, controlando al usuario desde otra ventana? La tecnología que busca liberarnos puede meternos en otra trampa, poniendo en riesgo la privacidad y la autonomía que tanto se busca en el mundo cripto.

Así que, mientras este rollo sigue avanzando, mejor ir paso a paso y checar bien cada cosa antes de confiar ciegamente. Porque aunque suene a ciencia ficción, ¡ya está más cerca de lo que pensamos!

Nota: Este texto no es consejo financiero, ni recomendación de inversión. Cada quien es responsable de investigar y decidir bien antes de meterse en cualquier inversión.

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