La Guardia Secreta de Vercel: ¡No Creerás Lo Que Protegen!

Órale, banda, les traigo la neta sobre un broncón que se armó con OpenAI, la empresa que creó ChatGPT. Resulta que un grupo llamado Midas Project, que se dedica a andar cazando rollos turbios en la inteligencia artificial, acaba de aventarse una denuncia contra OpenAI. La acusan de andar moviendo su lana y sus reglas fiscales de manera sospechosa, y hasta podrían perder su estatus de organización sin fines de lucro, que es como andar fingiendo que no buscan hacer billete.

El Midas Project salió a decir que tiene pruebas de que OpenAI dejó de cuidar sus reglas, tiene un montón de conflictos de intereses y que el mero mero, Sam Altman, podría hacer feria a costa de la organización sin fines de lucro. De hecho, dicen que Sam podría estar a punto de agarrar buen varo si OpenAI decide convertirse en empresa con fines de lucro, lo que estaría medio chueco porque prometieron no hacerlo.

Además, esta banda dice que varios de los directivos tienen intereses cruzados bien raros. Por ejemplo, el jefe de OpenAI también tiene la mano en empresas que se benefician de los productos de OpenAI, y otros en la junta hacen negocios con la misma empresa, así que hay broncas serias de conflicto de intereses.

Pa’ que se den una idea, OpenAI se creó para que la inteligencia artificial sirviera pa’ toda la raza, no para hacer millonadas. Pero ahora parece que quieren brincar la cerca y vender la idea de empresa “sin fines de lucro” cuando en realidad buscan hacer billete a lo grande. Por eso el Midas Project pidió al IRS de Estados Unidos que metan la lupa y aseguren que OpenAI no se ande pasando de lanza.

Y para que no digan que esto es de ahorita nomás, les cuento que el mismísimo Elon Musk, que fue de los fundadores, antes quería que OpenAI fuera negocio con billete, pero después se peleó con ellos y hasta los demandó porque dice que se olvidaron de la misión original y solo quieren hacer varo.

En resumen, el pleito está candente y la banda está bien puesta para ver qué pasa con una de las compañías más importantes en el mundo de la inteligencia artificial. Veremos si OpenAI se pone las pilas o si termina jugando con fuego legal y fiscal. ¡Pendientes!

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