¡La economía plateada al ataque! Así es como los abuelos están revolucionando el mercado y no te lo esperabas

El mundo se está llenando de canas, y eso no es cualquier cosa. Poco a poquito, la gente mayor va siendo más y más en toda la población, y este rollo está cambiando no solo cómo nos organizamos socialmente, sino también el rumbo de los mercados. Mucha gente piensa que con más gente viejita, todo se vuelve más tranquilo y seguro, que nadie quiere arriesgar y todos buscan donde invertir sin miedo. Pero la neta, eso es solo una parte de la historia.

Antes se creía que la vida financiera es como un ciclo fijo: de chavos arriesgas más, buscas crecer tu lana con inversiones movidas, y cuando te haces grande, lo que quieres es cuidar lo que tienes y agarrarte de cosas seguras, como bonos y demás. Esa idea ha sido muy popular para armar estrategias y productos de inversión.

Ahora, con más viejitos, se pensaría que los mercados se vuelven más conservadores y que la Bolsa se pondrá moradota por la falta de ganas de arriesgar. La onda sería dar más seguros y menos locuras. Pero pues, la realidad está más pesada y llena de detalles.

Eso del “economía plateada” es más que buscar inversiones seguras. Es todo un mundo de oportunidades porque la generación mayor ya no es la misma de antes: viven más, están más sanos, y muchos tienen varo. No es un grupo igualito, hay de todo, con prioridades distintas y estilos diferentes de manejar su lana.

Por ejemplo, varios no solo quieren cuidar su dinero, quieren seguir activos y hasta chambear. Muchos trabajan más tiempo porque quieren, o porque tienen que, y eso significa que su forma de ahorrar o invertir no es la típica. Para ellos, “seguro” no es cero riesgo, sino saber manejarlo para que su vida siga chida y también puedan dejarle algo a la familia.

Además, la tecnología les da nuevas armas: pueden acceder fácil a info y usar apps para invertir sin broncas. Así que hasta los más cuates con el riesgo se animan a probar cosas que les den balance entre ganar y no perder la camisa, sobre todo si les explican bien y les enseñan lo que necesitan saber.

Las empresas que la van a romper en esta economía plateada son las que entiendan bien qué quieren estos viejitos modernos. No se trata solo de venderles seguros o productos aburridos, sino de crear cosas para cuidar su salud, ofrecer turismo chido, educación para que sigan aprendiendo y planes que les den buen rato y calidad de vida. No son “jubilados de pasiva”; son consumidores activos, con sus propias ganas y necesidades.

Más que un freno para las inversiones movidas, esta población puede ser la chispa para que salgan nuevas ideas y productos frescos. Las compañías que le entiendan y creen lo que ellos quieren –inversiones flexibles, experiencias nuevas– van a marcar la pauta en el mercado. Que algo sea estable no quiere decir que sea aburrido o sin crecimiento, puede ser algo sustentable y cool.

Aunque parezca que la gente mayor se pone conservadora, la economía plateada puede ser justo lo que impulsa a arriesgar en ciertas cosas. Muchos están buscando no solo cuidar su dinero, sino también cómo vivir mejor por más años y dejar un buen legado. Para esos planes, las inversiones suaves no siempre funcionan.

Así, por ejemplo, empiezan a crecer empresas que ofrecen soluciones tecnológicas para salud, bienestar y diversión para viejitos. Aquí no se buscan inversiones tan seguras, sino apuestas inteligentes en proyectos innovadores, muchas veces de startups.

Los inversionistas grandes de esta economía, que ya tienen su lana y no dependen tanto de chamba, pueden estar listos para meterse en riesgos calculados en áreas donde vean futuro y valor. No es por andar haciendo apuestas locas, sino por invertir bien en su bienestar y en lo que dejaremos a los que vienen.

Esto puede ayudar mucho a que la biotecnología, la robótica para ayudar a los viejitos y cosas por el estilo reciban más inversión, transformando a quienes pensábamos como “conservadores” en pioneros de nichos disruptivos.

Eso sí, recuerda que todo esto no es consejo para poner tu varo, sino para que te des una idea. Cada quien debe hacer su tarea antes de mover lana, porque invertir siempre trae riesgos, y nadie quiere andar con sorpresas.

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