¡Escándalo en Bélgica! Tres atrapados por secuestrar a la esposa de un criptoinversor millonario

Un juez en Bélgica sentenció a tres tipos a 12 años de cárcel por un secuestro bien loco que tuvo que ver con criptomonedas. La víctima fue la esposa de un empresario local, Stéphane Winkel. Resulta que estos tres pillos la agarraron afuera de su casa, la subieron a una furgoneta y pidieron un rescate en criptomonedas.

Pero gracias a la chamba rápida de la policía, que persiguió la furgoneta y se rifó, lograron detener a los secuestradores y liberar a la esposa de Winkel. Eso sí, los que planearon todo el desastre todavía siguen libres, y los tres acusados intentaron justificarse diciendo que los amenazaron para hacerlo, pero el juez no les creyó. También hay un menor involucrado, que está en otro proceso aparte.

Por si fuera poco, los tres deben pagarle a la víctima como un millonazo de euros por daños.

Winkel es un conocido experto y coach de criptomonedas que maneja plataformas como Crypto Académie y Crypto Sun, y tiene como 40,000 seguidores en YouTube. Aunque él y su esposa recibieron ayuda, el susto fue tan fuerte que tuvieron que cambiarse de casa.

El empresario compartió en sus redes que ahora tiene que poner la seguridad primero, y que seguirá con sus videos, pero sin andar mostrando billeteras ni haciendo rifas. Ahora su onda será enseñar y ayudar a la banda para que no les pase algo así.

Después de todo lo ocurrido, Winkel volvió a YouTube a finales de junio, pero sus videos ya no tienen cara ni cámara; solo narración en off, más seguro y discreto.

Este caso es parte de un problema más grande: los secuestros ligados a criptomonedas están subiendo en varios lugares. Por ejemplo, en Francia un joven fue secuestrado para que su pareja pagara con dinero y le diera la clave privada de su monedero digital. También hubo un intento de secuestro a la hija y nieto del CEO de un exchange famoso.

Así que, banda, ojo con lo que comparten y a quién le muestran sus cosas de cripto, porque esto está agarrando vuelo y los ladrones no se andan con chiquitas.