¡Descubre por qué las movidas de los bancos centrales son las verdaderas estrellas del espectáculo financiero!

Hace no mucho tiempo, decir que los bancos centrales podían influir en el precio de Bitcoin era como herejía total. No era solo un comentario económico, era casi una blasfemia; como decir que México no tiene tacos. En los foros especializados, nomás con mencionar que las tasas de interés podrían mover el ánimo de los inversionistas y, por ende, de Bitcoin, te etiquetaban de keynesiano o, lo peor, de estatista. ¡Imagínate!

Esto venía del rollo libertario que traía desde los albores del mundo cripto. Bitcoin era como otro planeta, fuera del rollo financiero tradicional. En ese universo, la bandera era la libertad y el dólar, junto con las demás monedas fiat, eran solo papel sin valor, invento de esos bancos centrales que imprimen dinero sin medida. Que esas mismas instituciones, a las que todos le tiraban paro, tuvieran algo que ver en el precio de un activo hecho para quitarlas del juego, ni pensarlo.

Pero el tiempo pasó, la comunidad bitcoinera creció y maduró. Lo que antes era sagrado empezó a tener matices. Ahora, cuando alguien menciona a los bancos centrales, especialmente a la Reserva Federal de Estados Unidos, la banda realmente pone atención. Se entendió que la mayoría de quienes invierten no lo hacen por ideología revolucionaria, sino por algo más simple: hacer dinero. Y la liquidez, o sea, qué tan fácil es comprar y vender Bitcoin, influye un chorro.

Bitcoin, en muchos sentidos, es un juego de dos. Está su código y también está el dólar o cualquier otra moneda fiduciaria con la que se empareje. O sea, es un dúo dinámico. Si uno de ellos anda escaso o abundante, su precio se mueve. Por ejemplo, la comunidad cayó en cuenta de esto cuando vio que Bitcoin voló con las inyecciones masivas de dinero durante la pandemia, y luego se desplomó cuando la inflación empezó a subir y la Fed anunció que subiría las tasas de interés después de años con ellas súper bajas.

Ya no se puede negar que la Fed tiene influencia. Por más libertario o antiestado que estés, negarlo es una locura. La ilusión de que los bancos centrales no tienen nada que ver con el bitcoin solo pudo mantenerse mientras las tasas estuvieron estables y bajitas. Pero cuando la inflación se puso brava y los bancos centrales tuvieron que hacer movimientos fuertes, esa ilusión se fue pa’ arriba.

Hoy todos estamos pegados a las ruedas de prensa de la Fed, a sus actas y discursos, con la misma atención que antes solo le poníamos a cualquier noticia de Elon Musk o a nuevos desarrollos cripto. La idea de un mundo sin bancos centrales sigue siendo tema para debates políticos y teorías locas, pero en la vida real, su influencia es clarísima. Aceptarlo no es tirar la toalla, sino agarrar vuelo con la realidad.

Ahora, si se espera que bajen las tasas de interés, eso es buena onda para Bitcoin y otros activos de riesgo; si suben las tasas, más bien se va pa’ abajo. Esto siempre ha sido importante, seguirá siéndolo y es un hecho que los mercados, incluidos los de criptos, se mueven por la liquidez y el gusto por el riesgo, y eso está agarrado del chongo con lo que hacen los bancos centrales. Negar esto sería como hacerse el occiso ante una fuerza enorme que mueve la lana en todo el mundo y, obvio, el valor de los activos.

Pero ojo, tampoco hay que caer en extremos y pensar que los bancos centrales tienen el control total de Bitcoin. Aunque sus decisiones sí afectan el precio en ciertos momentos, es clave ser bien crítico. Bitcoin no es como cualquier activo tradicional; tiene un máximo fijado, una oferta limitada y clara que ningún banco central puede fakear o manipular. Eso le da una resistencia única contra la devaluación que sufren las monedas fiat, que sí pueden imprimir billetes hasta el cansancio.

Además, Bitcoin no es solo para ganar varo rápido. Para muchos sigue siendo un refugio contra la inflación, una herramienta para salir del apuro en economías inestables y un símbolo de libertad personal. Estos puntos, aunque no se vean tanto en la volatilidad diaria, sostienen su verdadero valor. Pensar que Bitcoin es solo otro instrumento del sistema financiero es como no entender su esencia ni su potencial para revolucionar el juego. Lo que hoy hacemos al seguir la Fed es un rollo práctico, no una rendición. Es funcionar con las reglas actuales sin olvidar que Bitcoin quiere cambiar esas reglas a largo plazo. Su resistencia, su código que no se puede cambiar, es la verdadera arma contra la volatilidad que crea la política centralizada.

(Chale, ya para acabar: todo lo que aquí lees es opinión personal, no consejo financiero, ni recomendación para invertir. Siempre hay que investigar antes de aventarse y saber que las inversiones en cripto pueden ser riesgosas y perderse el billete está en la jugada.)

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