¡Alerta! ¿La baja inflación esconde una bomba económica a punto de estallar?
¡Qué onda! Hoy les voy a contar qué onda con el rollo de la inflación y la economía, pero sin tanto rollo complicado. La neta es que ahorita los precios andan más o menos estables y eso nos hace sentir alivianados, porque escuchamos en las noticias que la inflación está bajita y todo parece chido.
Pero cuidado, no todo es miel sobre hojuelas. Aunque todo se vea tranquilo, hay varios riesgos escondidos que pueden hacer que la economía se descontrole sin que nos demos cuenta. Si nos confiamos solo porque la inflación está baja, podemos perder la pista de problemas bien gachos que afectan nuestro bolsillo, las inversiones y la estabilidad financiera.
Por ejemplo, cuando la inflación está baja, los bancos centrales y los gobiernos a veces se relajan, porque eso debería significar que la economía está estable. Pero si la inflación se queda demasiado baja o si hasta bajan los precios, puede ser señal de que algo anda mal. Las empresas y la banda pueden dejar de invertir o comprar, pensando que los precios van a bajar más, y las deudas se vuelven más pesadas.
También hay otro pedo: cuando la inflación está bajita, los bancos centrales mantienen las tasas de interés súper bajas para que la gente y las empresas sigan pidiendo préstamos y consumiendo. Pero eso puede llevar a que se endeuden demasiado, como si el dinero fuera dulce, y cuando suban las tasas o la economía se ponga lenta, no todos van a poder pagar y ahí la llevamos.
Además, esas tasas bajitas hacen que los inversionistas busquen donde puedan ganar más, metiendo lana en cosas bien arriesgadas como la bolsa, bienes raíces o monedas digitales, inflando sus precios más de lo que valen. Y cuando esas burbujas explotan, el batidillo puede ser tremendo, con pérdidas bien feísimas.
Un detalle que no muchos pelan es que la baja inflación puede aumentar la desigualdad. La banda que gana salario fijo se queda más o menos igual, pero los que tienen inversiones sacan tajada porque sus bienes suben de valor. Eso genera broncas de desigualdad y descontento social, y pues ya saben, cuando la cosa se pone tensa, las cosas pueden salirse de control.
Además, este rollo de “todo tranquilo” puede hacer que los encargados de la economía se duerman en sus laureles y no hagan los cambios que se necesitan. Por ejemplo, pueden dejar que la deuda pública crezca sin orden o mantener las tasas muy bajas por mucho tiempo, y cuando la inflación regrese o una burbuja reviente, les va a agarrar la volada sin muchas opciones.
Por último, ojo que la inflación podría regresar sin avisar por cosas como problemas en las cadenas de producción, cambios en lo que la gente quiere o políticas económicas locas. Eso sí, cuando la inflación sube, muchas personas voltean a ver al Bitcoin como refugio, porque al ser limitado y descentralizado, puede subir de valor cuando el dinero de papel pierde fuerza. Aunque eso sí, el Bitcoin no siempre reacciona igual, depende de muchos factores.
Por otro lado, no todo es riesgo. Quizá esta baja inflación no sea mala onda, sino que es gracias a la tecnología y la globalización que abaratan costos y hacen que los precios no suban tanto. Eso puede significar que la economía está más fuerte y puede crecer sin necesidad de que la inflación se dispare.
En resumen, no todo es tan simple ni tan bonito como parece. Hay que estar pilas y no confiarse solo porque los precios no están subiendo mucho. La economía es un juego de muchos niveles y nos afecta a todos, así que mejor seguirle la pista bien de cerca.
¡Cuídense y a estar bien pilas con la lana y la economía!
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