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Las memecoins que promueven políticos como Donald Trump, la falta de reglas claras y muchos casos de criptomonedas que los reguladores de EE.UU. dejaron de perseguir han creado un “superciclo de broncas” en el mundo cripto, según dos expertos en delitos de blockchain.

ZachXBT, un investigador bien clavado en el tema, publicó en X que las criptos siempre han sido tierra fértil para fraudes, pero que esto se salió de control desde que los políticos le entraron a lanzar memecoins y dejaron de perseguir tantos casos. Eso pone las cosas fácil para que gente sin escrúpulos se pase de lanza.

Además, dijo que los influencers y líderes del rollo cripto que estafan a sus seguidores ni siquiera ven bronca por eso, o sea, no les pasa nada.

Pero ojo, aunque el ambiente parece chido para los hackers y estafadores, ZachXBT dice que tampoco es un paraíso total para los que hacen tranzas más pesadas como phishing o ingeniería social, porque ahora sí hay más riesgos para ellos.

La verdadera bronca viene porque la regulación está re lenta. Los que tendrían que poner orden no han metido mano contra los proyectos que no dicen cuándo les pagan por publicidad o que hacen cosas medio turbias. Si en lugar de andar persiguiendo a los desarrolladores buenos se pusieran a frenar a los malos, esto no estaría tan fregado, dice el investigador.

Para que te des una idea, solo en el primer trimestre de 2025 se perdieron más de 2 mil millones de dólares por hackeos a criptos. Las estafas de phishing sumaron 96 millones y los famosos “rug pulls” (cuando quitan lana de un proyecto y desaparecen) se llevaron más de 300 millones, según un informe reciente de Hacken.

Otra crack del blockchain, Taylor Monahan, también dijo en X que mientras los estafadores sigan llenándose los bolsillos, no van a parar. No sienten presión social, ni les va a afectar en lo legal o económico, y además les sale bien fácil hacer billete rápido.

Monahan cree que el ambiente está muy complicado porque no solo hay muchos hackers y estafadores, sino que en estos últimos ciclos han inventado nuevas formas de rapiña, como las estafas románticas o el ransomware, que si las criptos desaparecieran, serían los más fregados.

Eso sí, la ley no deja pasar todo. Hace poco el Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que el Servicio Secreto les quitó más de 225 millones de dólares a una banda que hacía estafas con inversiones en criptos. También cayó un tipo en Nueva Zelanda ligado a un fraude global por 450 millones de dólares neozelandeses (unos 265 millones de dólares).

Así que, aunque el rollo se ve caótico y peligroso, algunos se están llevando su buen castigo. Pero si andas por ahí queriendo entrarle a las criptos, mejor ponte trucha, porque no hay garantía de nada y la bronca puede ser gorda.

Ah, y eso de invertir en criptoactivos no está regulado ni es para todos; puedes perder todo lo que metas. No es para gente de España ni para quienes no sepan bien en qué se meten. Mejor investigar bien antes de aventarse, porque aquí nadie regala nada.