¡Bombazo en el mundo cripto! El DOJ liga el colapso del banco de Kansas a un robo de 225 millones en la estafa del ‘cerdo trinchado’

¡Bombazo en el mundo cripto! El DOJ liga el colapso del banco de Kansas a un robo de 225 millones en la estafa del 'cerdo trinchado'

Cuando hablamos de quién mueve la economía a nivel mundial, seguro que te salen a la mente dos nomás: el Banco Central Europeo, o BCE, y la Reserva Federal de Estados Unidos, la famosa Fed. Son los dos pesos pesados que están siempre en la jugada, cada quien con su estilo, pero bien conectados porque la economía global ya no es cosa local, es todo un rollo bien entrelazado.

Al primer vistazo, parece que ambos quieren lo mismo: mantener la economía estable, sin que la inflación se les vaya de las manos. Pero la verdad, cada uno tiene su receta y su forma de armar el plan.

Por ejemplo, el BCE es como una banda de muchos países europeos tocando juntos. Cada quien tiene su voz, pero el que lleva la batuta es el Banco Central, con una misión clarísima: que la inflación se quede más o menos en 2%, ni mucho ni poco. Otros temas como el empleo o crecer la economía, están ahí, pero no son el centro del escenario. El BCE es bien dedicado a que los precios no suban como locos.

La Fed es otro cotorreo. Imagina una casa gigante con varios cuartos, todos conectados pero con sus propias reglas. En Washington está la banda principal, la Junta de Gobernadores, y luego hay 12 bancos en diferentes partes de EU, que son como los brazos de la Fed. Su chiste es que tienen un doble objetivo: controlar la inflación y, al mismo tiempo, tratar de que haya chamba para la raza. Eso hace que su andar sea complicado, porque tiene que balancear que los precios no suban, pero sin meterle freno de mano a la creación de empleos.

En cuanto a cómo hacen su magia, usan herramientas parecidas: suben o bajan las tasas de interés, compran o venden activos, hacen movimientos dentro del mercado. Pero cada quien aplica su sazón para que funcione con lo suyo.

En los últimos años, la inflación se volvió el tema de conversación universal. Esto pasó por la pandemia, que rompió cadenas de producción, luego porque la gente empezó a gastar como nunca, y para acabarla, el conflicto en Ucrania. Ambos bancos sacaron las garras y subieron las tasas de interés bien fuerte para enfriar a la economía, haciendo que pedir dinero prestado costara más y, así, la raza y las empresas se lo piensen dos veces para gastar o invertir.

Pero ya con la inflación aflojando, parece que cada uno va ajustando su paso. Hay chance de que el BCE baje sus tasas antes que la Fed, todo depende de cómo se porten los números allá en Europa y acá en Estados Unidos. Es como si dos corredores hubieran corrido juntos gran parte de la carrera, pero ahora cada quien hace su propio sprint según cómo esté el terreno.

Un punto bien importante es que tanto el BCE como la Fed son independientes, o sea, nadie les anda metiendo mano para que tomen decisiones en base a política o intereses personales. Esto es clave porque la historia ha demostrado que si pierden esa independencia, la economía se puede venir abajo y la inflación se descontrola.

Aunque cada uno decide por su lado, no viven en burbujas. Todo lo que haga uno, afecta al otro porque la economía mundial está súper conectada. Por eso están siempre pendientes de lo que dice y mueve el otro, y en crisis como la de 2008 o la pandemia, coordinaron para poner billete y salvar la cancha. También ahora, para frenar la inflación, han trabajado en equipo aunque cada quien a su manera.

En resumen, el BCE no es solo una copia de la Fed; tiene su identidad, sus reglas y su chamba. Pero en este mundo global, no pueden caminar solos. La clave está en mantener su independencia mientras se dan cuenta que lo que hacen resuena en todo el planeta. La gran pregunta es si el BCE podrá mantener su estilo en estas aguas revueltas de la economía mundial.

Al final, estos dos grandes están en la misma pista, bailando un tango donde cada paso cuenta y afecta al otro, pero sin perder su propio ritmo. Esa mezcla de andar juntos pero separados es lo que mantiene la estabilidad económica para todos.

Aviso: Lo que leíste aquí no es consejo para chambear en inversiones o meterte a jugar en la bolsa. Siempre investiga bien antes de mover tu varo, porque toda inversión tiene su riesgo y nadie quiere que te aguantes un daño.

Ah, y si te late la onda cripto, ten en cuenta que esas inversiones no están reguladas y pueden ser complicadas para quien no sabe bien cómo va la jugada. No se recomienda para todo mundo y no aplican para inversionistas en España. ¡Ándale con cuidado!

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