¡Alerta global! Descubre cómo la tensión mundial está poniendo a América Latina contra las cuerdas
América Latina siempre está en medio de ondas que vienen de lugares bien lejanos. Cuando Washington y Pekín se apuntan con la mirada seria, nosotros sentimos la sacudida hasta en las calles. O cuando la bronca entre EEUU y Europa se pone intensa, o el conflicto en Medio Oriente empieza a explotar, no es sólo cosa de políticos en oficinas lejanas: nos pega en la cartera, en los mercados y en la chamba.
El duelo de titanes: EEUU vs China
Aquí el cotorreo es intenso. Estados Unidos y China andan en pelea constante, y América Latina es como el barrio donde se arma el zafarrancho. Su poder económico y político en la región es bien pesado, y cuando se agarran a chingadazos, nosotros tenemos que aguantar la trancada.
Por ejemplo, la guerra comercial de esos dos fue un caos: aranceles por aquí, restricciones por allá. Muchas empresas tuvieron que cambiar de estrategia. Y aquí es donde entra el “nearshoring”: en vez de fabricar todo en Asia para vender a EEUU, ahora se buscan cerca. México se rifa porque ha recibido un buen de inversiones y fábricas gracias a eso.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Países que venden materias primas a China la están viendo difícil porque si la economía china se empantana, hay menos demanda, menor precio, y menos lana para sus bolsillos.
Además, China ahora mete lana en proyectos de infraestructura y extracción de recursos en América Latina. No es mala onda, pero cuando EEUU también quiere su parte, nos ponen en la esquina a escoger, y eso puede frenar inversiones o créditos importantes.
Amores y peleas transatlánticas: EEUU y Europa
Aunque son cuates históricos, EEUU y Europa tienen sus propias broncas, sobre comercio, defensa y política exterior. Eso tampoco nos deja de jalar a nosotros.
Cuando la relación entre estos dos se pone tensa, Europa busca nuevos socios y mira para acá. Esto puede ser bueno porque salen oportunidades para acuerdos y negocios, como con el acuerdo entre la UE y Mercosur. Así evitamos depender sólo de un socio.
Pero ojo, que también hay broncas. Normas diferentes, reglas variadas para temas digitales o ambientales pueden complicar las cosas y hacer que trabajar con ambos lados sea un dolor de cabeza. Si además EEUU y Europa no se ponen de acuerdo en temas mundiales, eso nos afecta a todos.
El problemón lejano: Israel e Irán
Aunque el conflicto esté a miles de kilómetros, sus olas nos llegan fuerte. Lo que más nos pega es el precio del petróleo. Si la bronca escala y amenaza rutas clave, el precio del crudo se dispara. Para países que venden petróleo como Venezuela, México o Brasil, eso puede ser un golpe de suerte. Pero para la mayoría que compramos, significa gasolina cara, transporte caro e inflación que nos quita la buena vida.
Además, un conflicto así pone nerviosos a los mercados financieros y puede hacer que se vaya la lana de los países emergentes, como los nuestros, lo que debilita nuestras monedas y empeora las condiciones para pedir prestamos.
Aunque menos directo, puede que estos problemas globales sean oportunidad para que grupos criminales o extremistas den el estirón por acá. También, si la crisis crece en Medio Oriente, las presiones migratorias podrían aumentar y eso es otro rollo para la región.
Finalmente, esta bronca nos obliga a hacer malabares diplomáticos bien difíciles para no meternos en problemas ni con socios ni con las internas.
¿Y ahora qué?
América Latina no está aislada, está conectada a todo este desmadre mundial. Las broncas entre potencias y conflictos lejanos se sienten aquí bien fuerte, en la economía, la política y la estabilidad.
No es fácil la cosa: tenemos que cuidar lo nuestro, pero también buscar con quién aliarnos y cómo crecer en un mundo cada vez más loco e impredecible.
Pero ojo, que no todo es malo. Estas movidas también pueden ser oportunidad para que la región se fortalezca, deje de depender de uno solo y encuentre nuevos socios y mercados.
Los líderes tienen que estar atentos, entender todo este rollo y actuar con cabeza fría. Si lo hacen bien, las broncas globales pueden ser chance para que América Latina se ponga más fuerte y más lista para lo que venga.
En el tablero mundial quizá no movamos las piezas más grandes, pero nuestra jugada sí cuenta y puede cambiar el rumbo. La clave está en convertir el desmadre en oportunidades para que la región crezca sin depender tanto de los demás.
Ojo, esta info es para que te avientes un buen análisis, no para que te lances a hacer inversiones sin pensar. Siempre haz tu tarea antes de mover lana, porque en la bolsa nadie regala nada.
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