¡Descubre cómo las criptomonedas están revolucionando las economías emergentes y dejando atrás las reglas financieras aburridas!

Andrei Grachev, socio director de DWF Labs, nos da su opinión

Ya no es cosa de cuentos imaginar que Bitcoin juega un papel importante en las finanzas de los países. Con la inflación por todos lados, las sanciones y el dólar tan volátil, muchas naciones están viendo a las criptomonedas —sobre todo Bitcoin y las stablecoins— como activos neutrales y bien prácticos para manejar a nivel país.

Lo chido es que lo que hace la cripto útil para la gente normal también se puede usar en empresas e instituciones grandes. Hay negocios que ya le están entrando para meter Bitcoin y stablecoins en su balance y hasta pagar entre empresas con ellas. La tecnología blockchain no hace distinciones: sirve igual para el que va empezando como para el que tiene toda una empresa armada.

Si volteamos a ver a las criptos en la cancha nacional, ¿podrían funcionar para los gobiernos igual que para la gente o las empresas? Todavía hay pocos ejemplos, pero ya se ve que economías emergentes están sacando provecho, mientras más países en desarrollo les van agarrando confianza.

Pakistán se lanza al ruedo

Pakistán, con más de 240 millones de habitantes y una economía bien parada, anda en crecimiento firme, aunque tiene inflación de más del 10%. Este país, que no es cualquier cosa ni un “república bananera”, anda dando pasos grandes con las criptomonedas, algo que quizás no esperábamos.

Al Consejo Cripto de Pakistán le echó porras nada más y nada menos que Michael Saylor, un grande en el mundo Bitcoin, para formar una Reserva Estratégica de Bitcoin (REB). Esto no es solo para hacer ruido, va en serio y podría ser un parteaguas para las economías emergentes, porque las ventajas van mucho más allá de ganarle a la bolsa. Se trata de saltar las limitantes de las finanzas clásicas y acelerar el desarrollo económico.

Un juego internacional a capa y espada

Mientras Estados Unidos piensa qué hacer con su propia REB, otros países como Brasil y Japón ya están viendo cómo arman las suyas. China y Rusia tampoco quieren quedarse atrás y están tanteando cómo llenar sus arcas con bitcoins.

Estos países suelen ser los “outsiders” del dólar, porque no usan la moneda verde como nacional y sufren inflação brava. Tener una reserva de criptos puede darles un respiro, evitar que la inflación les gane y tirar de una base sólida para crecer. La misma movida que hacen muchos mexicanos y argentinos que guardan criptos para no perder del todo su lana frente a la inflación.

Este rollo se ve como un juego de estrategia mundial: los primeros que se animen pueden sacar ventaja con mejores opciones de negocio, aprovechar diferencias regulatorias y atraer dinero de afuera. Los que lleguen tarde pueden acabar jugando en cancha llena y con menos control de la historia.

Rápido y furioso para llegar a la jugada financiera

Los países emergentes que apuestan por Bitcoin y stablecoins pueden saltarse muchos obstáculos del sistema financiero tradicional, especialmente para hacer comercio con otros países. Cuando te ponen bloqueo o sanciones, los criptoactivos abren caminos alternativos para mover lana y hacer negocios.

Los tokens respaldados por dólar y BTC son como pasaportes nuevos para países bloqueados o con restricciones cambiarias, dándoles más liquidez y flexibilidad para manejar su economía.

En países chiquitos como Bután, que tienen Bitcoin guardado, esto puede abrir la puerta para cerrar tratos directos con otros socios que también estén en el juego cripto. Además, tener Bitcoin les ayuda a protegerse del devalúo de su moneda local y a atraer inversiones extranjeras.

La cripto como forma de emancípación para el “pueblo”

En países con mucha gente sin acceso a bancos, las criptos pueden ser la solución, porque con un simple cel, cualquiera puede manejar su propia billetera digital y entrarle al mundo. Además, las remesas hechas con stablecoins son rapidísimas, lo que ayuda un chorro a las familias y a sus comunidades.

Pakistán tiene el plan de modernizar su sistema financiero justo con esta idea: meter a más gente a la economía digital y ayudar a reducir la pobreza.

Si los países emergentes integran bien las criptomonedas en su estrategia, no solo se van a poner al día con el mundo digital, sino que van a convertirse en polos de innovación, atrayendo talento y pilón inversiones extranjeras. El ejemplo de El Salvador usando Bitcoin como moneda legal ya puso la mesa y lugares como Pakistán quieren seguir esa ruta para decirle al mundo “¡aquí estamos, hay oportunidad!”.

No todo es miel sobre hojuelas

Claro, esto no es garantía de éxito. La volatilidad de las criptos requiere que los países tengan mucha cabeza para manejar los riesgos. No es solo echarle dinero y ya, hay que hacerlo con cuidado, paso a paso, pensando en todos, desde la gente común hasta los gobernantes.

Si se usan bien, las criptomonedas pueden ayudar a que las economías emergentes se liberen de las cadenas de las finanzas tradicionales, tengan reservas diversificadas y saquen provecho cuando el mercado suba.

Quien sea que logre entender y aplicar bien estas reglas en el mundo de las criptos para países puede subir de nivel su economía y seguramente provocar que otros quieran seguir el ejemplo con ganas. La movida es grande, pero el potencial para crecer es enorme si se juega bien.

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