Bitcoin a punto de romperla con un máximo histórico: ¿será esta la gran oportunidad del año?

Opinión de Tom Bruni, editor en jefe y vicepresidente de Comunidad en Stocktwits
Desde que explotó la onda de las punto-com, cuando escuchas “VC” o capitalistas de riesgo, seguro te viene a la cabeza esa onda de Sandhill Road, esa calle exclusiva en el norte de California donde los cuates con lana invierten millones en startups tecnológicas cada año.
Los VCs de Silicon Valley y sus compas en todo el mundo han trabajado con la puerta cerrada, literal y figurado. Solo unos cuantos tienen chance de decidir quién recibe el billete para empezar y quién se queda fuera.
Lo más loco es que año con año millones de fundadores chidos ni siquiera pasan la barrera para conseguir lana, y lo que casi nadie ve es que tampoco dejan entrar a un buen número de inversionistas que, si les dieran chance, podrían cambiar las reglas del juego.
Pero la banda de influencers de criptomonedas llegó para darle la vuelta al asunto, haciendo lo que los VCs dicen que han querido hacer siempre: abrirle el paso a muchos para invertir desde temprano. Los de la banca tradicional, o TradFi, los ven como “vendedores de humo”, pero la neta es que compartiendo info y alineando intereses con su comunidad, estos influencers se han vuelto algunos de los inversionistas más responsables en el mundo cripto.
¿Por qué el rollo de exclusividad de los VCs?
Antes de ver cómo estos influencers están destruyendo el modelo viejo de los capitalistas de riesgo, hay que entender por qué el sistema tradicional es tan cerrado. En Estados Unidos, para invertir legalmente tienes que ser un inversor acreditado, y eso implica tener más de un millón de dólares en patrimonio neto (sin contar la casa donde vives) o ganar al menos 200 mil dólares anuales. Además, los fondos más pesados piden conexiones chidas y compromisos de lana que no cualquiera puede cumplir. Las comisiones altas y que el dinero se quede atascado un buen rato no son problemas, son parte del juego.
Por eso menos del 2% de los gringos (y menos en el resto del mundo) pueden entrarle a proyectos en etapas tempranas, donde se sacan los mejores billetes. Si no estás en lugares como Silicon Valley, Nueva York o Boston, las cosas se ponen todavía más complicadas para romper ese molde.
Además, el sistema le da ventaja a los que ya tienen plata y contactos. Los capitalistas de riesgo no tienen mucho chiste en cambiar las reglas, y al hacer que las empresas se queden en privado por más tiempo, están acumulando valor que antes solo se veía en la Bolsa, dejando fuera a los inversionistas “normales”.
Los influencers abren la puerta para todos
Los influencers de criptomonedas llegaron a romper con todo eso. Plataformas como X, YouTube, Discord y Telegram están conectando directamente a proyectos cool con inversionistas comunes. Ahora muchos pueden descubrir tendencias, protocolos y founders sin que un VC tenga que ser el filtro.
Además, muestran toda la jugada, sus carteras completas se ven en la cadena de bloques, así cualquiera puede revisar qué onda con sus inversiones y no tienes que esperar eternidades a que los VCs se avienten el rollo.
En esas plataformas de inversión comunitaria, la gente comparte su investigación, colaboran para revisar proyectos y sacan a la luz oportunidades que antes ni se conocían. Todo es público, hecho por la comunidad y disponible para quien tenga internet.
La investigación comunitaria le gana a la del club cerrado
Gente que critica a los influencers dice que no tienen el rigor de los VCs, pero no cachan que la forma de compartir info en DeFi y TradFi es para otro nivel. La comunidad cripto se rifa con transparencia total, sin intermediarios y con ecosistemas abiertos.
Las inversiones on-chain están ligadas a contratos inteligentes que cualquiera puede revisar, economías de tokens públicas, y una comunidad que verifica todo al momento. Cuando un influencer recomienda algo, miles revisan la info al instante, hasta sacan a la luz alertas que hasta el VC más chambón no puede notar.
Como estos influencers meten su lana y su reputación en juego, van con todo. Eso cambia mucho comparado con los VCs tradicionales, que suelen manejar el dinero de otros y nada más salen del cascarón cuando les conviene.
De vendedores de hype a agentes de cambio
Hay temor entre algunos que los influencers sean puros tramposos que solo meten hype para subir y vender (pump-and-dump), pero eso no toma en cuenta que la comunidad los vigila y eso los pone con la espada al cuello. Los VCs se protegen tras acuerdos secretos y muros altos, pero si un influencer mete la pata, la banda no perdona y la credibilidad se va para abajo chido.
Trabajar con transparencia es una onda permanente. Los influencers tienen que ser más cuidadosos que los VCs porque todo lo que hacen se sabe en tiempo real. Claro, pasar de un sistema cerrado no significa cero riesgo. Invertir siempre requiere checar bien la info y ser responsables, aunque un influencer o una comunidad te eche la mano.
Al final, el acceso gana siempre
Mientras el sistema tradicional le cierra la puerta al 98% de la raza, los influencers están abriendo paso a una inclusión financiera real. Con más activos tradicionales en forma de tokens y nuevos inversionistas entrando, quienes estén curiosos, aprendan y se comprometan van a tener nuevas chances para sacar provecho.
Los capitalistas de riesgo clásicos pueden aceptar la realidad o seguir con su sistema que solo sirve a unos cuantos. Pero lo que sí está claro es que la verdadera innovación pasa cuando cualquiera con una idea chida tiene acceso al capital, sin importar sus conexiones.
Los influencers de cripto están haciendo esa visión realidad, recomendación tras recomendación, sin secretos ni filtros.
Tom Bruni, editor en jefe y vicepresidente de Comunidad en Stocktwits
Este texto es solo para que te enteres y no debe tomarse como consejo legal o para invertir. Las opiniones son del autor y no reflejan necesariamente las de Cointelegraph.
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