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Órale, la bronca en Japón con las criptos no son los impuestos, sino los rollos burocráticos que hacen todo bien lento, dice Maksym Sakharov, el jefe y cofundador de la firma Web3 WeFi.
Maksym le contó a Cointelegraph que, aunque quieran poner un impuesto fijo del 20% a las ganancias en cripto, la verdad el problema es la forma tan lenta y cuadriculada que tienen para aprobar las cosas. Esa cultura de “todo tiene que estar perfecto y sin riesgos” está haciendo que los proyectos chidos y la lana se vayan para otros lados.
Antes la gente se quejaba del impuesto que podía llegar hasta 55%, pero ya no es lo peor. Lo que frena neta es el rollo de tener que pasar primero por la Asociación Japonesa de Exchanges de Activos Virtuales (JVCEA) y después la Agencia de Servicios Financieros (FSA). Eso les tarda como de 6 meses a un año, o hasta más, para que un token pueda salir al mercado.
Este proceso no nomás quema lana, sino que muchos equipos tienen que sacar su token en otro país primero, porque aquí se atorama todo. Además, hay un montón de vueltas que se dan, como revisar los documentos varias veces, y todo está hecho para evitar broncas, no para ayudar a que la innovación avance.
En comparación, otros países como Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur y Singapur están corriendo más rápido en esto. Por ejemplo, Singapur también es estricto, pero tienen caminos más claros para aprobar tokens. En Corea, las bolsas solo deben cumplir con ciertas reglas después de que la lista ya está activa, así que el trámite es mucho más rápido.
Maksym dice que ni aunque bajen los impuestos al 20% y cambien la clasificación de las criptos a productos financieros, si no cambian la forma en que aprueban, nada va a mejorar. “La cultura se come los recortes de impuestos en el desayuno”, asegura.
Para arreglar esto, el consejo es que los reguladores sean más flexibles, que den tiempo definido para las aprobaciones, que quieran una sandbox (un lugar para probar) real con cosas como staking y gobernanza, y que los requisitos para mostrar información sean más justos y en proporción.
Si no se cambia ese chip, los proyectos de cripto en Japón van a seguir yéndose al extranjero porque no aguantan estar esperando todo el tiempo, y no tanto por los impuestos. Estar un año construyendo algo para que al final te digan que tu token no puede salir, eso quema a cualquiera.
Mientras tanto, Asia está brillando con el liderazgo en las criptos y eso está llamando la atención de billetes internacionales. Hong Kong, por ejemplo, se está moviendo rapidísimo con su sandbox Ensemble, que es como un laboratorio donde pueden experimentar sin tanto rollo.
Y no sólo eso, en Emiratos Árabes Unidos van con toda en la tokenización, impulsando leyes que animan a que las empresas saquen y comercien valores tokenizados, atrayendo inversión global y fintechs.
Así que, aunque Japón quiera faturar con impuestos, tiene que soltar un poco la burocracia para no quedarse atrás en esta carrera de la cripto.
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