¡Alerta! El token ICP de Internet Computer se desploma entre una avalancha de operaciones locas

Órale, a ver qué pedo con esta historia: en Bélgica, un juez puso tras las rejas a tres tipos que se andaban aventando un secuestro bien loco, todo por lana de criptomonedas. La víctima fue la esposa de un empresario local que se llama Stéphane Winkel, quien anda metido en el mundo crypto.

Resulta que en diciembre de 2024, estos ratas agarraron a la señora justo afuera de su casa, la subieron a una camioneta y exigieron un rescate en criptomonedas. Pero ya saben cómo es la cosa, la policía no se rajó, armó una persecución bien intensa y logró detener a los malandros para liberar a la mujer. Los tres ya fueron sentenciados a 12 años de cárcel y para acabarla, les mandaron a soltar un millón de euros de reparación por broncas civiles.

Ahora, lo que sí está medio raro es que los que realmente organizaron todo este plan todavía andan libres, sin que nadie los haya cachado. Los acusados trataron de decir que los amenazaron para que hicieran el secuestro, pero el juez no se creyó ese cuento. Ah, y también hay un menor involucrado, pero él está en otro juicio aparte.

Por su parte, Winkel no es cualquier cuate; es un crack en las criptos, maneja cursos y plataformas educativas con sus seguidores, tiene casi 40,000 en su canal de YouTube y ayuda banda a entender este rollo de las monedas digitales gratis. Pero, pues no todo fue miel sobre hojuelas: con el sustazo del secuestro, él y su esposa quedaron bien traumatizados y hasta tuvieron que cambiarse de casa para sentir más seguridad.

El propio Winkel dijo en una publicación que aunque le late ser defensor de la libertad, ahora cree que la seguridad es lo más importante para él y los suyos. Además, se comprometió a seguir con su contenido, pero con más cuidado, ya nada de andar subiendo videos mostrando monederos ni cosas que puedan atraer a los malos. Ahora quiere enfocarse en enseñar y analizar el mercado para que nadie más pase por lo mismo.

Después del sustazo, regresó a YouTube a finales de junio, pero sin mostrar su cara ni nada, nomás con la voz en off.

Y no es un caso aislado, eh. En todo el mundo, los secuestros relacionados con criptomonedas están subiendo, y eso hace que los que están en el ojo público por andar con esto tengan que andar bien al tiro. Por ejemplo, en junio hubo un secuestro en Francia donde un chavo de 23 años fue raptado y los ladrones le pidieron a su novia que pagara cinco mil euros y les diera la clave para su monedero Ledger.

Otra vez, en mayo, tres tipos intentaron secuestrar a la hija y al nieto de Pierre Noizat, el mero mero de un exchange de criptomonedas llamado Paymium. Neta, está bien feo.

Así que ya saben, banda, el mundo crypto está chido, pero hay que cuidarse porque la cosa se ha puesto intensa y no cualquiera quiere andar metiendo las manos sin ser precavido.