¡Filecoin (FIL) lo tenía todo y casi lo pierde! Recupera terreno, pero solo un 2% arriba ¿Será la segunda oportunidad que esperabas?

No hace mucho, decir que los bancos centrales tenían algo que ver con el precio de Bitcoin era casi un pecado. No era solo una opinión económica, era como atacar la esencia de Bitcoin mismo. En los grupos y foros, si alguien mencionaba que las tasas de interés podían afectar a Bitcoin, de inmediato lo tachaban de estatista o keynesiano, ¡qué oso!
Esto venía de la onda libertaria que traía la comunidad desde el principio. Para muchos, Bitcoin era otro rollo, un mundo aparte, lejos de las broncas del sistema financiero tradicional. En ese mundo, el dólar y las monedas fiat eran solo papel sin valor, inventos raros de los bancos centrales que se la pasan “imprimiendo” dinero sin control. La idea de que esos mismos bancos, a los que tantos les tienen fobia, influyeran en el precio de algo hecho para tumbar ese poder, parecía imposible.
Pero ya con el tiempo, y conforme Bitcoin fue creciendo, la gente empezó a ver las cosas con otros ojos. Lo que antes era una regla de oro, hoy es más bien un entendimiento más realista. Ahora, cuando alguien habla de la Reserva Federal o de cualquier banco central, la banda bitcoinera pone atención. Se entendió que la mayoría de los que invierten no buscan hacer una revolución ideológica, sino simplemente ganas lana. Y claro, la liquidez, o sea, la facilidad para comprar y vender Bitcoin, pesa un buen.
Bitcoin es como un juego de dos: por un lado, el código y la tecnología; por otro, el dólar u otra moneda fiat con la que lo compares. Y lo que pase con uno afecta al otro directo. Mucha gente se dio cuenta de esto cuando vio cómo Bitcoin subió un chorro con la liquidez masiva que soltaron durante la pandemia. Y también vio cómo empezó a caer cuando la inflación se puso brava y la Fed empezó a subir las tasas después de años de mantenerlas súper bajas.
La neta, la evidencia de que la Fed tenía mano en todo esto ya era muy clara. Por más que uno fuera libertario o antiestado, negar ese hecho ya era de locos. Antes se podía fingir que los bancos centrales no tenían nada que ver con Bitcoin por los años de tasas bajas. Pero una vez que la inflación se salió de control y tuvieron que tomar medidas fuertes, esa ilusión se esfumó.
Hoy todos estamos pegados a las conferencias de la Fed, leyendo sus actas y escuchando a sus presidentes con más atención que a las noticias de Elon Musk o las actualizaciones de protocolo. Aunque todavía se habla de un mundo sin bancos centrales en las pláticas teóricas, en la práctica su influencia es un hecho. Reconocerlo no es política, solo es aceptar la realidad.
Ahora, si se espera que bajen las tasas, eso es buena noticia para Bitcoin y otros activos riesgosos. Pero si las tasas suben, pues es señal de que se va a poner difícil. Esto ya pasaba antes, pasa ahora y seguro seguirá pasando mucho tiempo. Los mercados se mueven con la liquidez y el ánimo para arriesgar, y esas dos cosas dependen mucho de lo que decidan los bancos centrales. Negar eso sería como hacerse de la vista gorda ante una fuerza que mueve billetes en todo el mundo y afecta cuánto vale cualquier cosa, incluso Bitcoin que nació para ser diferente.
Pero ojo, tampoco hay que darle a los bancos centrales un poder absoluto. Sí, sus decisiones tienen peso en ciertos momentos, pero Bitcoin es especial. Tiene una cantidad fija, limitada y predecible, algo que ningún banco puede copiar o manipular. Eso le da resistencia contra la devaluación que sufren las monedas fiat cuando se “imprime” sin control.
Además, Bitcoin no solo atrae por ser una buena inversión. Para mucha gente sigue siendo una especie de escudo contra la inflación, una forma de tener control sobre su lana en países con economías inestables e incluso un símbolo de libertad. Estas ideas y valores, aunque no siempre se reflejen en los precios del día a día, sostienen su valor real. Decir que Bitcoin es solo un reflejo del sistema fiat es no entender lo que realmente es.
Así que, la atención que hoy le damos a la Fed es puro pragmatismo, no que estemos tirando la toalla. Es aceptar cómo está el juego hoy sin perder de vista que Bitcoin quiere cambiar las reglas a largo plazo. Su código es firme y sigue siendo la defensa definitiva contra la volatilidad que trae la política de los bancos centrales.
Aviso: Lo que se dice aquí no es consejo financiero ni recomendación para invertir. Cada quien debe investigar bien antes de mover su lana.
Ah, y recuerda también que las criptos no están reguladas y pueden no ser adecuadas para todos. En España, estos productos no están dirigidos ni disponibles para todos los inversionistas.
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