¡Atrapan a la banda que estafó con criptomonedas a 30 países y España dice basta!

¡Atrapan a la banda que estafó con criptomonedas a 30 países y España dice basta!

El mundo cripto nunca para, y esta semana nos trajo una buena vibra que levanta el ánimo. Bitcoin se puso de buenas y se movió al ritmo del optimismo en Wall Street, nada de pasos aburridos ni lentos. Detrás de este subidón, la cosa geopolítica también le dio chance a la calma: el conflicto entre Israel e Irán empezó a aliviarse, y para no perder el paso, Estados Unidos y China firmaron un acuerdo que puso más tranquilidad al escenario global. Cuando los grandes se ponen de acuerdo, los mercados respiiiiiiran… ¡sí señor!

Pero ojo, aquí está lo que muchos están pasando por alto: Bitcoin mostró que es más bien un activo que le gusta brillar cuando todo está chido, cuando la confianza está en el aire y la banda se anima a apostar. Esto choca con el oro, que siempre ha sido el caballero del refugio seguro cuando la cosa se pone fea. El oro brilla en lo oscuro, pero Bitcoin prefiere el sol y el ambiente tranquilo.

Ahora, hablemos del famoso rollo de que Bitcoin es el “oro digital”. Esa idea suena bien chida, pero la realidad no siempre le da la razón. Cuando el mundo anda temblando, Bitcoin también se tambalea, y cuando todo pinta a fiesta, él despega como cohete. La realidad es que Bitcoin aún no es ese refugio seguro en crisis que muchos esperan. Sí, tiene todo el potencial para serlo, pero por ahora está más en modo “activo de riesgo”.

En cuanto a números, aunque la buena vibra geopolítica le dio impulso, Bitcoin sigue pegándose contra un techo que nomás no quiere romper. Es como cuando estás súper listo para hacer la jugada, pero la barrera está allá bien alta. Para muchos en Wall Street, el precio actual es “demasiado caro”, y prefieren agarrar ganancia y soltar un poco el activo. Los “hodlers” dirán que nunca está caro, pero los que tienen varios dólares en juego ven las cosas de otra manera.

Para que Bitcoin rompa ese techo y siga creciendo, la cosa necesita un cambio de percepción: que se vea más barato, que haya más ganas de comprar. ¿Cómo? Pues los inversionistas quieren tener más confianza, quieren ver que la demanda va a subir fuerte y que la fiesta va a continuar sin parar.

El problema es que esa claridad aún no llega. Aunque un conflicto bajó de temperatura, por otros lados sigue habiendo broncas. Además, está la FED, con sus rollos de tasas y políticas que mantienen a todos con el Jesús en la boca. El mercado está como en pausa, esperando una señal clara, un evento que prenda la mecha de la próxima corrida de Bitcoin.

¿Será esta la semana cuando por fin llegue ese impulso? ¿O seguimos nomás observando las velas, esperando que el Bitcoin diga “¡ahí les va!” y se lance a romperla?

El repunte reciente ha emocionado a varios, pero ojo con confiarse y pensar que todo se debe solo a la calma mundial o acuerdos de países. Bitcoin todavía depende mucho de cómo ande la economía global y el rollo macroeconómico. Su fama de “oro digital” choca con lo volátil que es en los hechos. Sí, le va bien cuando todo anda bien, pero también puede pegarse unas caídas bien feas.

Ese techo que no deja pasar a Bitcoin no es solo cuestión de números técnicos, es que el mercado sigue sin tener confianza clara. Inversores quieren certeza, algo que la inflación, las decisiones de la FED y los conflictos no dejan ver. Si no aparece un motivo real para que la gente quiera más Bitcoin, puede que se quede estancado. Ojo, porque el optimismo sin base sólida puede acabar en caídas fuertes. Mejor mantener la calma y ser listo para navegar este cotorreo sin que te sorprendan los golpes.

Así que ya sabes, ni te emociones más de la cuenta ni te desesperes. El cripto anda viviendo su propia novela, y aquí seguimos pendientes, con los ojos bien abiertos.

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