Oro y Bitcoin se enfrentan: ¡La batalla que está revolucionando todo el mercado!

Oro y Bitcoin se enfrentan: ¡La batalla que está revolucionando todo el mercado!

Desde antes de que Bitcoin (BTC) se hiciera famoso en El Salvador, ya andaba yo bien clavado en ese rollo. Pero este octubre, con el oro subiendo hasta los 4,000 dólares por onza, la neta que me dejó pensando bien duro.

¿Y por qué, en pleno boom de stablecoins y DeFi, el oro se pone en primera fila justo en octubre, su mes de brillo, y en medio de líos políticos internacionales? Pues mira, la adopción no llega sola, sino porque la gente y los países buscan soluciones cuando el sistema tradicional les falla. Así, estamos viendo cómo el mercado está cambiando de un mundo dominado solo por el dólar a uno donde varios elementos juegan al mismo tiempo.

Los países y las comunidades están buscando activos que no dependan de bancos o gobiernos que puedan andar de malas, y por eso empujan el oro como un escudo de protección. Por ejemplo, en la cumbre BRICS de 2025 (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros miembros nuevos), se pusieron de acuerdo para usar el oro como garantía en préstamos del Banco de Desarrollo BRICS. Esto está bien pesado porque el BRICS ya tiene más de 6,000 toneladas de oro, ¡casi una quinta parte de todo el oro que tienen los bancos del mundo!

¿Y para qué tanto oro? Fácil: para dejar de depender del dólar y del FMI. Así evitan broncas como que les congelen sus reservas. Mientras eso pasa, Bitcoin sigue creciendo como la herramienta para empoderar a la banda, chavos y grandes, en sus movidas diarias y envíos de lana entre países.

Pero este octubre, le tocó al oro robar cámara.

Desde enero de 2025, el precio del oro subió un 55%, bien arrollador, jalado por el miedo a que la inflación no se vaya y por las broncas comerciales entre Estados Unidos y China. Los que mandan en la movida financiera, los bancos centrales, llevan tres años seguidos comprando oro como locos y en 2025 apenas en agosto ya habían sumado casi 20 toneladas solo ese mes. Ya tienen como un 15% de sus reservas en metal amarillo, un rollo que ni las economías emergentes tenían antes.

Los que más compran: Polonia, Azerbaiyán, Kazajistán, China y Turquía. Todos quieren alejarse del dólar y fortalecer su independencia financiera. Y la mayoría de esos bancos están listos para seguir acumulando oro el próximo año, con un sonido de bolsitas de oro lloviendo.

Esto no es moda ni capricho, es una necesidad real. Bank of America dice que lo ideal sería que tuvieran hasta el 30% de sus reservas en oro, lo que podría llevar a compras por hasta 2 billones de dólares y subir el precio a niveles de locura. Todo esto porque el sistema dólar anda tambaleándose.

Así que el oro ya no es cosa de museo ni joyas, es un pilar en el nuevo juego económico mundial, donde los BRICS están armando sus propias reglas sin depender de Washington. Y este octubre el oro gana tranquilo frente a Bitcoin, con un rendimiento del 55% frente al 20% del popular cripto.

El oro es símbolo de soberanía, control y estabilidad para los países. Eso sí, con tanta demanda de los gobiernos, poco a poco el oro será menos accesible para la gente común, así que hay que aprovechar antes de que se ponga más complicado.

Ahora, Bitcoin es el banda que le hace paro a la comunidad, especialmente para los que no tienen acceso a bancos o que viven en lugares con problemas financieros graves, como Venezuela, donde la gente confía más en Bitcoin que en el gobierno.

Los ETFs de Bitcoin están atrayendo miles de millones, y en la calle, millones usan Lightning para hacer pagos rápidos y sin tanta bronca. Mientras el oro vuelve a las bóvedas nacionales, Bitcoin se distribuye entre todos, resistiendo a los intentos de controlar y centralizar su uso.

Un trader que le sabe bastante, conocido como “The Professor”, dice que Bitcoin va a sobrevivir porque no es sólo para guardar valor, sino porque cada vez es más práctico, con plataformas como Square que permiten pagos sin intermediarios.

Aunque este mes el oro brilla más, eso nos enseña que los activos tradicionales pueden marcar la pauta y obligar a los activos digitales a demostrar para qué sirven realmente.

Yo creo que esta dupla oro-Bitcoin es lo que nos va a mover socialmente. Bitcoin no solo complementa al oro, sino que ayuda a que más gente, sobre todo la que no está en bancos, pueda aprovechar esas remesas y transformar su día a día.

No estamos viendo un regreso al antiguo patrón oro, sino un nuevo combo donde el oro garantiza la soberanía y Bitcoin crece porque se usa en lo más cotidiano. En las comunidades, Bitcoin ya es parte del día, sin importar si el precio sube o baja.

El oro le pega duro al dólar con compras masivas, mientras Bitcoin lo reta con redes descentralizadas que he visto cómo florecen en los rincones más olvidados.

Si las políticas ayudan, esta señal va a acelerar que más gente adopte esta onda. Piensa en Colombia, por ejemplo, que usa el oro como protección cultural para las herencias y ahorros, mientras que Bitcoin es la lana que llega rápido y sin tanto rollo para la gente que está lejos.

Así, estas dos herramientas están dando forma a economías locales más libres y justas, fortaleciendo a la banda que antes no tenía voz ni voto. Por eso, que el oro se ponga primero este octubre no es derrota para Bitcoin, sino un recordatorio de que la transformación ya está aquí. Esto no es una moda pasajera, sino un cambio firme que se siente en todos lados.

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