Olvídate de Trump, ¡el verdadero villano que casi destruye a Bitcoin fue el apalancamiento!

El 10 de octubre de 2025, el mundo cripto se sacudió con el peor batidazo en su historia. En menos de un día, bitcoin se fue de 122,000 a 103,300 dólares, arrastrando a todo el rollo cripto en una caída brutal y bien orquestada.
Ese mismo día, se liquidaron ¡19,500 millones de dólares! Sí, un récord que deja atrás a caídas tan duras como las de FTX, LUNA o el pánico del COVID. Pero ojo, esta vez no fue por hackeos ni fallas técnicas, sino porque el mercado estaba súper apalancado, sin suficiente liquidez ni control, y cualquier movimiento político fue el detonante para un desastre mayor.
La cosa empezó temprano. En la mañana, ya se veían ventas fuertes aunque ningún anuncio oficial había salido todavía. Luego, Donald Trump soltó en su X que quería poner un arancel del 100% a las importaciones chinas. Más tarde, una “ballena” —un jugador gigantesco— empezó a tirar posiciones cortas a lo bestia, y minutos después el anuncio se volvió oficial. En menos de 7 horas, ya se habían liquidado casi 20,000 millones, y esa ballena se llevaba casi 200 millones de ganancia.
El problema fue que la mayoría andaba con posiciones largas bien clavadas, esperando que bitcoin siguiera subiendo. Cuando empezó a bajar, las liquidaciones automáticas hicieron que todo se desplomara más rápido, como efecto dominó, hasta crear un caos total. Los algoritmos no tuvieron piedad y, en vez de frenar la caída, la aceleraron. Lo que parecía una corrección normal se transformó en una masacre de proporciones épicas.
Además, el fin de semana no ayudó. El mercado de USA ya cerraba, Asia y Europa no estaban activos, y la liquidez se fue a dormir. Algunos protocolos DeFi se volvieron locos con datos erróneos, varios exchanges tuvieron problemas y hasta se registraron hackeos en plena tormenta. Binance admitió que la pasó feo, ofreció compensaciones y dijo que pondría medidas para que esto no se repita.
Al final, no fue un fallo de Bitcoin ni un ataque externo. Fue la bomba del apalancamiento que explota cuando menos te lo esperas. Este colapso mostró que el rollo “institucional” que presumen sigue siendo un terreno con demasiados riesgos y sin frenos a tiempo.
Aunque muchos quieren culpar a Trump, el verdadero problema fue la estructura del mercado: apalancamiento desmedido, oráculos que fallan y falta de liquidez. Un mercado que puede perder casi 20 mil millones por un tuit no está para presumir madurez.
Este mega crash dejó claro que hay que poner reglas nuevas: activos aceptados como colateral, mecanismos que paren las caídas locas y más transparencia para que todos sepamos dónde está el riesgo real.
Bitcoin no se cayó, lo que falló fue el sistema alrededor que no supo aguantar la presión. La chispa fue un tuit, pero el combustible ya estaba puesto.
Y cuando el apalancamiento es la pólvora, nomás falta una chispa pa’ que todo explote.
El verdadero enemigo fue el apalancamiento.
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