¡De Cero a Millonaria! La Increíble Aventura de Claramelia y Su Fortuna en Bitcoin Desde Perú

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La Reserva Federal de Estados Unidos, mejor conocida como la Fed, otra vez está en el ojo del huracán mundial. Cada que se junta para decidir sobre la política monetaria, todos ponen atención porque lo que decidan en Washington no solo cambia el juego en Estados Unidos, sino que se siente en los bolsillos y negocios de todo el mundo.

Ahora mismo, la cosa está medio complicada. La inflación sigue ahí, aunque ya no crece tan rápido como antes, pero todavía está más alta de lo que les gustaría a los de la Fed. Al mismo tiempo, parece que la economía empieza a perder velocidad. La Fed tiene un dilema bien cabrón: ¿bajamos las tasas de interés o las dejamos igual? Ambas opciones tienen sus riesgos y podrían afectar no solo a Estados Unidos, sino al planeta entero.

Los que dicen que es mejor mantener las tasas altas creen que la pelea contra la inflación no ha terminado. Aunque los precios ya no suben tan rápido, bajar las tasas ahora podría hacer que la inflación regrese con todo. Si la Fed baja la guardia, la gente y las empresas podrían gastar e invertir más de la cuenta, y eso podría subir los precios otra vez. Y ya sabemos que una vez que la inflación se instala en la mente de todos, quitarla es una guerra más gacha.

Por eso, el plan seguro para ellos es tener paciencia y mantener las tasas altas un buen rato, para asegurarse de que la inflación baje de verdad y no tengan que ponerse más estrictos después, lo cual sería aún peor.

Además, un recorte apresurado no solo afectaría a EU, sino que también podría mover al dólar, que es la base del sistema financiero mundial. Si el dólar se debilita, algunos países podrían sacar ventaja, pero otros que tienen deudas en dólares la pasarían mal. También, si la inflación se mantiene en Estados Unidos, el precio de cosas como las materias primas subiría en todo el mundo, y otros bancos centrales tendrían que mantener las tasas altas, aunque sus economías estén sufriendo.

Por otro lado, hay gente que presiona para que la Fed baje las tasas, para evitar que la economía se dé de leches. Las subidas de tasas ya están pegando fuerte en sectores como la vivienda y en empresas que dependen del crédito. Endeudarse cuesta más, y eso frenó la inversión y ha puesto en aprietos a mucha banda y compañías.

Los que quieren bajarlas dicen que el riesgo ya no es la inflación sino una posible recesión. Si la Fed aprieta mucho, puede causar que la economía se contraiga, suba el desempleo y caiga la actividad económica.

Si esto pasa en la economía más grande del mundo, el efecto sería una bola de nieve que afectaría al resto del planeta. Caería la demanda global, se interrumpirían las cadenas de suministro y los inversionistas sacarían su lana de los mercados emergentes. Eso podría causar crisis en economías más frágiles y poner en riesgo la estabilidad financiera global.

Pero si la Fed baja las tasas, podría dar un empujón necesario para que la inversión y el crecimiento vuelvan a tomar aire. Tasas más bajas animarían a proyectos nuevos, a contratar más gente y a innovar, sentando las bases para una recuperación duradera. Para los mercados financieros, sería como una inyección de energía, haciendo que los inversionistas se pongan más arriesgados y los activos suban de valor.

La historia que nos cuentan muchas veces es de un drama total: o la Fed hace algo para salvar la economía, o la deja caer. Pero también hay quien piensa que el momento exacto para cortar tasas no es tan grave como parece. La economía mundial es tan grande y diversa que puede aguantar los problemas que cause un solo país, aunque sea el más grande.

Además, los mercados y los que mueven la lana ya se prepararon para cualquier cambio de la Fed y pueden que no reaccionen tan fuerte como antes. Los países se han puesto más listos, han variado sus economías y tienen políticas propias más fuertes. Así que ese miedo a una crisis global por lo que decida la Fed podría estar algo exagerado.

Quizá el golpe sea fuerte, pero no tan dramático. El mundo seguirá su camino y se ajustará sin caerse en pedazos. En este sentido, el verdadero reto para la Fed no es evitar un desastre mundial, sino manejar con calma y puntería un cambio económico complicado, pero que al final se puede controlar.

(Ojo: Esta info no es consejo para invertir ni refleja necesariamente lo que piensa Cointelegraph. Siempre hace falta investigar antes de mover tu lana.)

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