Solana va con todo para un cierre de año ¡que nadie se quiere perder! Según Matt Hougan

Solana va con todo para un cierre de año ¡que nadie se quiere perder! Según Matt Hougan

La digitalización ya está en todas partes y ha cambiado hasta cómo hacemos todo, desde chatear hasta comprar cosas. El dinero, que ha estado con nosotros desde hace milenios, también está metido en esta onda tech. Por eso, el Banco Central Europeo (BCE) anda pensando en lanzar un euro digital, y eso está prendiendo fuego a la discusión en todos lados. Unos dicen que es la evolución natural, mientras que otros temen que sea un “caballo de Troya” que le quite la privacidad y libertad financiera a la banda, porque podría ser una forma de controlar qué compramos y cuánto gastamos.

La idea del euro digital llega justo porque las criptomonedas y los pagos digitales están ganando terreno. La propuesta es sencilla: una versión digital del euro, segura para todos y que funcione junto con el dinero en efectivo. La diferencia con Bitcoin y sus amigas es que el euro digital estaría controlado por el BCE, lo que supuestamente lo haría más seguro y estable.

Pero aquí está el detalle que preocupa a varios: ese control centralizado puede ser como tener a un vecino que todo lo ve. Con el efectivo, nadie sabe qué compras haces, pero con el euro digital, el BCE podría rastrear hasta qué café te compraste. Esa vigilancia financiera no les encanta a muchos, porque puede limitar nuestra libertad para manejar nuestro dinero como queramos.

Otra cosa que genera suspicacias es que el BCE podría usar el euro digital para aplicar políticas bien intensas, como poner intereses negativos. Eso significa que si guardas mucho dinero digital en vez de gastarlo, te podrían cobrar, para que saques tu lana y muevas la economía. Los defensores dicen que eso ayuda en crisis, pero los críticos piensan que es como robar sin que se note.

Si le damos un vistazo a las criptomonedas como Bitcoin, la cosa cambia. Bitcoin fue creado para no depender de ningún gobierno o banco y para que nadie pueda censurar o congelar tu dinero. Por eso, para los fans de las criptos, el euro digital es como la copia conformista del sistema viejo, que solo quiere usar la tecnología para mantener el control, sin darle poder real a la gente. En resumen, es una pelea de quién manda en el futuro de la lana.

Claro, no todo es malo ni tampoco una conspiración maligna. El BCE sabe que la banda se preocupa por la privacidad, así que están pensando en poner límites para que no se vuelva la única forma de dinero y en cómo proteger verdad esa privacidad, aunque todavía no está claro cómo van a lograrlo. La idea es crear un método de pago eficiente y seguro, no andar espiando a todos.

Aunque el euro digital tenga sus riesgos, la verdad es que el verdadero problema sigue siendo lo frágil que es nuestro sistema actual. Ya sea en efectivo, en digital, o en cripto, todos corren riesgos por la inflación, cambios en las leyes y la volatilidad. Bitcoin está chido para unos, pero no es la solución perfecta porque también se mueve alocado y puede ser peligroso si no sabes en qué te metes. Al final, lo que importa es en qué confiamos para manejar nuestra lana.

Con el euro digital en puerta, lo más sano no es hacerle un “nope” total solo porque viene de un banco central, ni tampoco abrazar las criptos como si fueran la panacea. Cada forma de dinero tiene su lado bueno y su lado oscuro. El BCE está trabajando para poner reglas que protejan a la banda, y la mejor movida es entender que la variedad en el juego puede ser lo que nos dé balance.

Así que, antes de sacar conclusiones locas, pensemos bien que vienen cambios y toca estar pilas para decidir qué conviene más en este nuevo mundo digital.

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