¡Últimas Criptonoticias que NO te puedes perder! Vitalik pone ojo crítico en tesorerías de Ethereum, bancos de EEUU se enfrentan a las stablecoins, Do Kwon confiesa y ¡mucho más!
Otra semanita más y el mundo tradicional de las finanzas nos da su show habitual. El Dow Jones, ese indice bien viejito que a veces parece un fósil, anda cerquita de romper récords. ¿La onda? Que en Wall Street andan todos emocionados porque creen que la Reserva Federal (la Fed) va a bajar las tasas de interés en septiembre. ¿Y qué significa eso? Pues que la deuda sale más barata, los bonos pierden gracia y las acciones se vuelven la onda para invertir. En teoría, eso hace que los mercados suban.
Pero la cosa no es tan sencilla, bandita. Esta semana los números económicos han estado bien volátiles. Por un lado, la inflación en julio se mantuvo controlada, lo que hizo que los inversionistas respiraran tranquilo y pensarán que la Fed ya puede bajarle a las tasas sin broncas. Pero el Índice de Precios al Productor subió más rápido de lo que muchos esperaban, lo que quiere decir que la inflación todavía anda dando batalla.
Esto nos deja claro algo que Bitcoin ya sabe desde hace tiempo: los mercados tradicionales son un sube y baja constante, cambiando de humor con cada noticia o cada palabra que suelta la Fed. Es puro juego de expectativas y promesas, donde lo único fijo es la incertidumbre.
Mientras Wall Street se debate entre echar las campanas al vuelo y ponerse precavido, ¿qué ha hecho Bitcoin? Pues más bien ha estado quietecito, ni subiendo cañón ni desplomándose. Eso es importante, porque mientras las acciones del Dow y Nasdaq se van para arriba gracias al boom de la inteligencia artificial, Bitcoin sigue firme en su zona de confort. No se dejó llevar por la euforia ni se asustó con los datos que frenaron un poco el rally.
Los inversionistas tradicionales están felices con la idea de que bajen las tasas porque así el dinero fiat se vuelve más barato y pueden inflar sus activos. Pero Bitcoin, como siempre, juega otro partido.
Ahora, vámonos con lo más chido de la semana en crypto, según Cointelegraph en Español. Ojo, esto no es un resumen de noticias, sino un espacio para darnos un clavado crítico y con ojo escéptico. Esto es para los que piensan con libertad.
Primero, Vitalik Buterin, el crack de Ethereum, dio su visto bueno a las firmas que manejan las tesorerías de Ethereum. Pero ya saben, no podía faltarle la advertencia: ojo con el apalancamiento excesivo, porque eso es un riesgo que puede pegar duro. Así que, sí a la estabilidad pero sin pasarse de lanza.
Por otro lado, los bancos gringos no están nada contentos con las stablecoins, porque les están quitando mercado. Por eso están presionando para que cierren una “laguna legal” en la ley GENIUS que permite que las stablecoins den rendimiento. Aquí se pone la cosa con sabor a “no queremos competencia”, pero la verdad es que las stablecoins siguen mostrando que pueden hacer las finanzas más accesibles.
En la nota negra, Do Kwon se declaró culpable en cargos relacionados con Terraform Labs. Esto, aunque suena mal, también es un recordatorio fuerte: no puedes ponerle toda la confianza a una sola persona en un proyecto. Esto reafirma que la descentralización, como la que promueven Bitcoin y Ethereum, es lo que vale.
También salió que los usuarios de FTX metieron una nueva demanda donde acusan al despacho de abogados del exchange de haber sido “clave” en el fraude. Está claro que esto no fue solo cosa de Sam Bankman-Fried, sino que todo un sistema permitió la metida de pata. Otro golpe para la confianza en la infraestructura legal y financiera tradicional.
Y para cerrar, un proyecto medio loco anunció que va a listar su token FIRU en Coinstore. El token es para registrar a tus mascotas en blockchain, ¿sí o no? Está padre la idea del registro y la trazabilidad, pero ¿de verdad necesitamos un token para eso? Esto nos hace pensar que, aunque la tecnología avanza, todavía hay mucho espacio para la especulación.
Y pues ya saben, acá nadie da consejos financieros, cada quien que investigue y decida con cabeza fría antes de meter lana. ¡Nos vemos en la próxima, banda!
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